El haiku de las palabras perdidas
Título: El haiku de las palabras perdidas
Título Original: (El haiku de las palabras perdidas, 2011)
Autor: Andrés Pascual
Editorial:
Plaza & Janés
Copyright:
© 2011, Andrés Pascual Carrillo de Albornoz
© 2011, Random House Mondadori, S.A.
ISBN: 9788401352133
Tapa: Dura
Etiquetas: japoneses aventuras energía nuclear romance amor género negro misterio Japón intriga literatura española Nagasaki novela novela romántica thriller Tokio
Nº de páginas: 533
Argumento:
Nagasaki. Agosto, 1945.
Kazuo es hijo de holandeses por lo que su físico es totalmente
opuesto a sus vecinos. A la muerte de sus padres es adoptado por el
doctor Sato y su esposa. Sus días transcurren entre la espera cada
tarde de Junko para pasar un rato juntos, y la vigilancia que hace,
por curiosidad y a través de sus prismáticos, de un campo de
trabajo de enemigos holandeses capturados. De pronto se hace la
luz. Una bomba atómica cae sobre Nagasaki.
Tokio. 2011
Emilian Zäch vuela a Japón para poner en funcionamiento el trabajo
que le hará rico y famoso y se encuentra con lo inesperado: por un
lado, una traición, por otro, el rechazo a su proyecto, y
finalmente algo agradable: conocer a una joven japonesa con la que
acabará embarcándose en una aventura cuando ésta le pida que
busquen juntos a Kazuo.
Opinión:
Me dijo "te gustará", y me gustó. Andrés sabe que he leído sus
libros anteriores y que me han gustado, y la confianza que tenía en
sí mismo cuando me dijo que me gustaría se debía a que su novela
contiene los ingredientes que lo hacen característico como
escritor: aventuras - casi camufladas con el thriller- y
unas buenas dosis de amor y misterio. Eso sí, los escenarios de sus
novelas cambian muchísimo, y eso me ha gustado especialmente. Este
párrafo tiene un motivo muy concreto, quiere expresar que si ya has
leído novelas anteriores de Andrés Pascual (El guardián de
la flor de loto y El compositor de tormentas) y te
gustaron, ésta también te gustará.
Tiene dos líneas temporales con un nexo común, como es de suponer.
La primera ocurre justo cuando Nagasaki es bombardeada por los
estadounidenses. Allí el adolescente Kazuo ve desaparecer
prácticamente todo lo que hay a su alrededor. El que queden
supervivientes tiene mucho que ver con la fisonomía geológica del
lugar, pero lo que a él le importa de verdad es saber si Junko, a
la que ama en secreto, está viva.
La segunda línea temporal es actual, ocurre en Japón en el 2011. A
Emilian podríamos visualizarlo como un tipo guapo, y a punto de ser
rico y famoso. Un bombón con futuro que, de pronto, se queda en la
calle compuesto y sin novia. Todos los años dedicado a lo que será su futuro no sólo se
tambalea, se hunde. En las primeras páginas conoceremos esto y la
otra parte que le concierne: a la joven Mei. Esta japonesa será
quien le convenza para buscar a un tipo que debe ser muy anciano y
que aparentemente no quiere ser encontrado, con lo cual vivirán
aventuras del tipo "tenemos un arma y somos peligrosos" por meterse
donde no les llaman. En este caso Andrés Pascual juega con una doble
intriga: si realmente está vivo Kazuo, y en el caso de estarlo y
encontrarlo si Mei conseguirá su meta. El resultado y el por qué le
busca se sabe leyendo la novela.
De estas dos líneas temporales, quizás porque el tema me interesa,
la parte de Nagasaki es la que más me ha gustado. Esto no quiere
decir que la otra no me haya gustado pero es totalmente distinta
una de otra. Ahí se aprecia el buen trabajo de Andrés
Pascual que ha sabido hacer diferentes ambos momentos de
la historia.
El final, que después de todo es el motivo de la novela, es
totalmente inesperado, pero justamente por eso acaba siendo el más
creíble. El que no haya acertado -como en las novelas de misterio-
ese final me ha parecido un punto a su favor. Agradezco mucho que
los libros no sean previsibles, al menos en cuanto a conclusiones
se refiere.
En ambos casos veremos romanticismo aunque dad por seguro que el
que corresponde a Nagasaki, a pesar de que los
protagonistas son adolescentes, es mucho más intenso que el que
corresponde al Tokio actual, tan contemporáneo como son las
relaciones hoy día. Eso sí, romance no falta.
Y como es de suponer Andrés Pascual nos habla de lugares que
conoce, especialmente Tokio. En su Nota de Autor al principio del
libro -lo que dice lo sabréis leyendo el libro- habla de sus viajes
a Japón y ese conocimiento se nota porque cuando
lees la novela no aprecias a un autor español tecleando una
historia que habla de haikus y otras costumbres y cosas típicas de
japonesas.
Así pues tenemos una novela de romance, misterio,
aventuras y thriller, todo un cóctel de géneros
para hacernos pasar unas buenas tardes leyendo.
Anika
Lillo
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