El Golem. Ilustrado

Opinión:

Lo primero que quiero decir es que no pienso hacerme la experta con esta reseña porque no había alucinado tanto desde "El anticristo" de Nietzsche, que empecé a leer apenas con quince años y aún no sé si me enteré de algo, y que me recordó también a otro que leí, creo que de Julio Cortázar, que me dejó loca, donde el tipo de narrativa así como la extrañeza de las historias tenían mucho que ver. "El Golem" no es un libro para todo tipo de lectores, muy al contrario, hay que tener la mente abierta a lecturas extrañas, perturbadoras, totalmente distintas a lo que hay habitualmente en las estanterías de las librerías. No es una lectura sencilla, es cien por cien onírica y a veces parece que se desconecta de sí misma para volver a reconectarse. Insisto: cualquiera no la disfrutaría pero si eres un lector de esos que cuando piensan en la lectura del libro le da vueltas a lo leído, y lo hablas con alguien y os contagiáis el uno al otro, es apasionante. No voy a hablaros de lo que esconde "El Golem" como si lo supiera todo, de forma erudita, pero lo que pretendía el autor era hacer una crítica al subconsciente humano que cae en el mundo capitalista como un autómata para despertar cada 33 años. En ese momento el monstruo oculto en una celda -que está o no está- despierta, la atmósfera cambia y una serie de sucesos oníricos que podrían ser paranormales se suceden mezclándose con la tragedia. En el fondo esta historia habla de amores, pasiones, venganza, muerte… cosas mundanas pero llevadas al extremo, de una forma histriónica y surrealista. La existencia del Golem es la excusa porque es su influencia caótica la que representaría lo que les sucede a los personajes.

El Golem forma parte de una leyenda judía que habla de una figura de barro defendería a los judíos, pero que en un momento dado se le escapa de las manos a su creador (un cabalista) y toma posesión de su vida y decisiones, asustando a los hombres y creando el terror, el caos y la destrucción con su aparición. Hasta ahí la verdadera historia de lo que significaría el propio Golem. Lo que hace el austríaco Gustav Meyrink es utilizarlo de excusa para crear su trama. El Golem está (o no… aparecer, aparece) pero la narrativa se centra más en la búsqueda de venganza por parte de un estudiante (Charousek), la necesidad de protección por parte de Athanasius Pernath a Miriam (hija del archivero Hillel, de la que está enamorado) o a Angelina (amante del doctor Savioli, que está en peligro), y la fealdad interna y externa del cambalachero Wassertrum [este personaje es lo más perturbador de toda la historia].

"El Golem", ¡qué locura de libro! Sé que va a sonar raro lo que voy a decir a continuación pero esta novela que califico directamente como delirante, me hizo disfrutar y me enganchó. Todavía me estoy preguntando por qué, e incluso me parece raro haberlo leído y no haberlo abandonado pero resulta hipnótico, y además estoy convencida de que la mayoría de lectores lo abandonaría si no sabe antes a qué se enfrenta. No es un libro fácil, empieza incluso siendo complicado de entender, pero conforme avanza la lectura la historia se va conformando y las cosas empiezan a cobrar más sentido. No obstante estoy convencida de que ésta es una historia que hay que releer, porque por el camino te pierdes en algunas ocasiones y seguro, segurísimo, hay cosas a las que no prestaste suficiente atención y una relectura te las haría descubrir.

Una de las cosas que más me ha alucinado es que conforme lo estaba leyendo lo comenté con dos personas más que también lo leían conmigo, y las tres parecía que hablábamos de libros diferentes. De hecho una cuarta dijo "parece que hayáis leído libros distintos". Fue muy divertido buscar las conexiones, recordar los personajes, las tramas surrealistas… Encontrar y entender lo que Gustav Meyrink quería dejar por escrito entre la historia terrenal ya es otra cosa. La parte fantástica se une a la filosofía pero es todo tan surrealista que no es nada fácil dar con ello si no estás completamente concentrado. A los tres lectores nos pasó lo mismo: hubo muchas veces que releímos partes ya leídas, y la verdad es que comentamos el libro entre risas porque fue muy divertido tratar de ponerse de acuerdo o de coincidir en puntos concretos. La sensación era extraña pero atractiva: leías algo que entendías -relaciones y pasiones humanas- y de pronto ocurría algo extraño a muerte, pura locura, o aparecían escenas o mensajes sobre la cábala, el golem, la simbología… y tenías que reconectar. Por eso digo que es delirante: tres lectores leyendo el mismo libro y los tres perdidos en esos submundos del gueto de Praga, recordando más unas escenas que otras, cambiándole algo a los personajes y riéndonos con nuestro propio desconcierto.

Debo decir que cuanto más pienso en el libro o más hablo de él, más siento que me ha enamorado, porque de éste se puede hablar de forma apasionada, descubrir momentos a los que darles sentido después. Es un mundo onírico y fantástico desde el principio hasta el final, donde ni tú, lector, ni ellos, protagonistas, parecen tener claro la misma historia. Si solo lees el libro puede no gustarte; si piensas con detalle en él y lo comentas con otros lectores lo disfrutas y lo valoras mucho más.

El personaje principal es Athanasius Pernath, un tipo que se equivoca y recoge un sombrero que no es suyo, y a partir de ese momento se pone en la piel del dueño de ese hombre y vive una vida alternativa, posiblemente por ello solo recuerde cosas pero no todo su pasado, su propio pasado. Está ambientada en el nombrado gueto judío de Praga durante la dominación del Imperio austrohúngaro.

"El Golem" está calificada como fantástico y terror, y en la parte correspondiente al trabajo ilustrativo de Alejandra Acosta -maravillosa- se percibe perfectamente esta atmósfera extraña, a veces terrorífica, de pesadilla, donde uno puede sentirse perdido o asustado, perturbadora o inquietante, como el propio texto que representa. Son en blanco y negro y suponen un trabajo detallista que parece muy acorde con la narrativa oscura de Meyrink. Podéis ver varias muestras del interior en la web de la editorial.

Los títulos de los capítulos en realidad son una buena ayuda para entender lo que sucede. Y la edición ilustrada de Libros del Zorro Rojo es una maravilla.

Si tuviera que describirlo para que lo entendiera todo el mundo, "El Golem" es una sucesión de sueños concatenados, que como en tales a veces el mundo onírico se vuelve extraño y suceden cosas que no logras entender, pero que forman parte de él, para volver a reconectarse y contarte así -finalmente- una historia apasionante. Tiene inicio y tiene fin, no se queda abierto, pero sí da lugar a la sensación de que has compartido y experimentado un sueño extraño y perturbador que le pertenecía a otro… algo así como le pasa al propio Athanasius Pernath, dicho lo cual me queda por decir que esto último escrito me hace darle aún más valor a cómo está contada la historia, porque esa ha sido la forma en la que he entrado en la trama.

¡Qué difícil debe ser conseguir escribir algo así y que finalmente se valore como se merece! Alucinante y apasionante.

Para finalizar, comentar que la biografía del propio Gustav Meyrink me ha resultado de lo más subyugante y atractiva. Hijo de un barón (Ministro del rey de Wurtemberg) y una actriz, pasó por la cárcel acusado de fraude; fascinado por el ocultismo, la mitología, los fenómenos extraños, la cábala, la masonería, frecuentó el círculo esotérico La Estrella Azul (según la editorial) y/o fue miembro de la orden Amanecer Dorado [Golden Dawn] (según la wiki). Ejerció de vidente en sesiones espiritistas y practicó la alquimia. Padre de un hijo que se suicidó a los 24 años coincidiendo en su propia historia porque él también lo intentó a esa misma edad. Siendo judío por parte de madre se interesó por el cristianismo y el taoísmo pero acabó siendo oficialmente budista (y protestante también según la wiki). En cuanto al mundo literario fue traductor de Dickens y de Poe, se escribía con Kafka y Thomas Mann, y su mayor obra fue esta que acabo de reseñar, "El Golem".

Anika Lillo

Foto homenaje