El general maldito

Opinión:

Hay novelas que te quitan el miedo a leer sobre determinados temas y géneros, y ésta es una de ellas: por un lado está todo lo referente a Roma, que particularmente me da el respeto de no entender su historia, de perderme entre dinastías o el simple hecho de pensar que va a ser demasiado bélico o político; por otro el género histórico que tanto frena a algunos lectores a la hora de escoger determinadas novelas. Pues como decía, con esta novela puedes quitarle el miedo a cualquiera, su sencillez a la hora de narrar y el estilo con que lo hace el autor convencerá a muchos a iniciarse en más lecturas.

En su viaje y tras un accidente en el que pierde el conocimiento, nuestro protagonista hará sospechar de no ser la misma persona, algunos incluso creerán que ha podido regresar de entre los muertos o ser una visión irreal poniendo de manifiesto las viejas creencias religiosas y de superstición en las que se apoyaban no sólo los ejércitos sino también distintos pueblos.

El autor no solamente juega con los personajes de la trama, también lo hace con nosotros y nos confunde, y al mismo tiempo nos convence mientras el argumento se va desarrollando. Es imposible dejar de leer, necesitas saber qué hay de real y cuánto de imaginario, recorrer las páginas en busca de alguna anotación en un intento de descubrir alguna pista y llegar antes al final que nos espera. Pero por mucho que funcione nuestra intuición no conseguiremos adelantarnos al autor.

El uso del latín y su traducción a pie de página enriquece los textos dando mayor realismo a la novela. La esclavitud, tan arraigada desde antes de la era cristiana, es otro de los aspectos a destacar, dado que encontraremos diferentes puntos de vista tras la vuelta de Marco Grato a Roma, y que marcarán el devenir de la historia. Mientras que su mujer, Annia Publia, se siente humillada al comprobar el trato que reciben los que siempre habían bajado la vista e incluso se arrodillaban ante sus amos; Marco cambia sus costumbres y, como si de una nueva persona se tratase, comparte su tiempo o ayuda en sus necesidades a los esclavos.

Una novela cargada de misterio y que gracias a la mano de Javier no se pierde en asuntos paralelos, sólo lo justo para no perdernos detalle de lo verdaderamente importante: una trama bien ideada en la que pasamos de la crudeza y el barbarismo de algún episodio a la cercanía del protagonista con quienes le rodean.

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