el gabinete de un aficionado. historia de un cuadro.

Opinión:

Durante unos años fueron muy comunes en Europa los lienzos denominados "Gabinetes del Coleccionista", en donde se veía al barón, conde o burgués acaudalado de turno, rodeado de sus tesoros. Este tipo de cuadros ha sido muy útil en la historiografía del arte para trazar la historia de cuadros famosos, es decir, saber a quién perteneció tal Venus de Tiziano antes de al rey de Francia o al Duque de Brunswick, por ejemplo.

Pues bien, un buen día Georges Perec tomó ese punto de partida y se lanzó a rellenar cuartillas dando una pequeña vuelta de tuerca al tema, y el resultado fue esta narracioncilla que, según la contraportada de la edición que tengo, tomó carta de naturaleza propia y se desgajó de su destino originario, que era la famosísima novela -rompecabezas "La Vida: instrucciones de uso".

Así que, sin yo pretenderlo, resulta que he leído un trocito abortado de esa magna obra, mira qué bien. Porque me he ahorrado leerla entera, ya que Perec, por lo que he leído en este opúsculo (ay, qué palabra más fina acabo de poner), podrá tener tooooda la imaginación del mundo y toooodo el poder de descripción imaginable, pero argumento, lo que se dice argumento, y habilidad para interesar al lector en lo que describe con una prolijidad digna de mejor causa, pues tiene poca. El libro, pasado un primer y leve efecto sorpresa, que no desvelaré, acaba hartando. A mí, por lo menos, y eso que estudié (y olvidé, bah) Historia del Arte en la Universidad. Así que para los amantes de la novela, esto no es. Para los fácilmente impresionables, quizá. Ah, y para los locos por los puzzles. Para ellos y ellas, sí.

Ah… quizá el que me haya recordado este libro a Borges haya influido en la antipatía y las ganas que tengo de tirarlo por la ventana… cuanto más viejo me hago, más manías me encuentro.