El espejo de nuestras penas

Opinión:

Los admiradores de Pierre Lemaitre esperábamos con ansia la tercera entrega de la trilogía del desastre o trilogía de entreguerras, la serie de novelas del autor sobre la Francia del tiempo que transcurre entre la primera y la segunda guerra mundial, iniciada con "Nos vemos allá arriba" y que más tarde continuaría con "Los colores del incendio". "El espejo de nuestras penas" supone el cierre de la saga y no nos ha decepcionado.

Las novelas de Lemaitre son novelas de aventuras; si algo os puedo decir de entrada es que no son aburridas, siempre hay mucha acción, pero son sobre todo novelas de personajes inolvidables.

Los protagonistas de ésta no tienen nada que ver con los de la primera entrega: únicamente la joven Louise, que era la hija de la casera de Édouard Péricourt y Albert Maillard, la niña que ayudaba a aquél a crear sus coloridas máscaras. Hoy Louise es una mujer joven y muy bonita, que sufrirá un trauma que cambiará radicalmente su vida, llevándola a abandonar París y unirse al éxodo de la población francesa en su viaje hacia el Sur huyendo de las tropas alemanas. En ese camino se encontrará con los otros dos protagonistas, dos desertores, soldados franceses destinados en un fuerte la de línea Maginot (la línea de defensa construida por Francia tras la primera Guerra Mundial para impedir el paso de las tropas alemanas, una inversión millonaria en una obra de ingeniería que resultaría ser un total fracaso). Dos personajes que no tienen nada en común salvo su condición de soldados: el sargento Gabriel, honorable y honrado, introvertido y miedoso; y el cabo Raoul Landrade, un extrovertido y estafador buscavidas que no se toma nada en serio. Finalmente, todos ellos se tropezarán con el último protagonista, quizá el más atractivo de los personajes de la obra. El pícaro Désiré, apellidado Migault, Mignon, Mignard o Michard según las circunstancias y la profesión, pues ha sido letrado, maestro, piloto o cirujano, funcionario del Ministerio de Propaganda y finalmente, padre Désiré, entusiasta sacerdote católico nada ortodoxo. Y es que los mejores personajes de Lemaitre son los perdedores, los antihéroes, personajes ambivalentes capaces de mentir sin sonrojarse, engañar a huérfanos y viudas y mostrarse a la vez como los amigos más leales capaces de arriesgar su vida por los demás.

Además de ser una novela de aventuras "El espejo de nuestras penas" es una novela histórica que hace un interesante y fiel retrato social de la Francia de la época, la vida de los soldados en un fuerte de la línea Maginot y la huida de la población. Todo ello narrado con una maravillosa prosa ágil e impecable, en la línea de la mejor literatura francesa y con un toque de humor irónico que te hace leer con una sonrisa pese a la seriedad de los temas que aborda.

Como veis podría seguir hablando largo rato de la novela, pues me ha encantado, pero lo mejor es leerla y no sólo ésta, sino la trilogía completa. Muy recomendable.

Celsa