El espejo de Diana

Opinión:

Conforme me iba adentrando en la narración de esta (interesante) novela, iba notando, descubriendo, algo. El estilo narrativo, la acción, las diferentes voces narradoras, el empleo de los tiempos... todo ello me evocaba algo, me hacía recordar algo de lo que en realidad no debía haber leído mucho, pues sino no sería tan "tenue" en mi memoria... o tal vez sí, vete tú a saber cómo está mi memoria y lo que puedo recordar y asimilar después de miles y miles de lecturas, y de reseñas.

El caso es que en la nota de prensa que acompaña a este ejemplar lo dice claramente, ya en la primera página, como cuando pasa a desgranar las claves de la novela; pero claro, vosotros no vais a tener dicha nota de prensa (amplia, debo añadir), bueno, después de esta intriga, os lo digo: "realismo mágico" (mítico lo llaman en la nota), unido a la crónica negra de la España rural. Pues sí, eso era lo que venía rondándome en la mente mientras la leía, realismo mágico, como por ejemplo, "Cien años de soledad" (Gabriel García Márquez), "Como agua para chocolate" (Laura Esquivel), "Pedro Páramo" (Juan Rulfo), "La casa de los espíritus" (Isabel Allende), etc. Sí, porque buscando información sobre el realismo mágico, vemos que cumple casi a rajatabla las características del género, como por ejemplo: Predominio de "narrador impasible"; el narrador presenta los hechos generando una atmósfera de normalidad aunque se trate de sucesos extraordinarios. Contenido de elementos mágicos/fantásticos percibidos por los personajes en general como parte de la "normalidad". Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados. Presencia del paisaje y/o climas reforzando las emociones de los personajes. Alusión a referencias socioculturales de los ámbitos más populares y/o pobres de las comunidades...Temporalidad no lineal: las acciones no siguen el curso lógico del tiempo. Ruptura de planos temporales: mezcla de tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos). Además, se fragmenta el texto en secuencias que no concuerdan en tiempo ni espacio. Tiempo estático: el tiempo cronológico se detiene, es como si no trascendiera. En cambio, fluyen los pensamientos de los personajes...

Esto es una especie de resumen para explicar la adhesión de esta novela al realismo mágico/místico que se define "por su preocupación  estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común".

Como comentamos que explica en la nota de prensa, une ese realismo mítico a la crónica negra de la España Rural, por lo que los escenarios predominantemente latinoamericanos en este género, así como los personajes (tanto reales como "ficticios") se trasladan al ámbito de la España rural, un territorio donde lo pagano está dando paso, forzadamente, a lo religioso (cristianismo), donde el conocimiento de las "sabias" (a las que se acusará de brujería) y de el las parteras (aborteras y curanderas) será puesto en entredicho y perseguido tanto por los hombres temerosos del "poder" (el conocimiento es poder) de las mujeres, como de una Iglesia que ve amenazada su preponderancia por la extensión de "ritos paganos", mayoritariamente seguidos (y realizados) por esas "sabias". Así, se une el fervor (y el miedo religioso) con el temor del patriarcado a la pérdida de sus prerrogativas.

En un relato que abarca generaciones, en el que el propio paisaje, los escenarios por los que discurre la novela, son parte de las voces narradoras, así como un personaje (personajes, más bien) de la trama, la narración nos va mostrando una serie de personajes (mujeres) que por su propia condición, y por sus conocimientos y ciencia, se ven acorraladas, y deben establecer una incómoda alianza con hombres de la zona, que poco a poco van tomando el control de su vida, temerosos, como vengo diciendo, del conocimiento, sabiduría y poder de esas mujeres. Pero, evidentemente, a pesar de ese arrinconamiento, esa persecución, a veces linchamiento, las sabias, las madres de la tierra, las parteras... las depositarias de la "ciencia", a veces aleada con el misticismo, el paganismo... en definitiva, con el conocimiento de la naturaleza y sus leyes, no van a dejarse avasallar sin presentar batalla; y una manera de hacerlo, como consigue una de las últimas de la estirpe, es unir conocimiento científico puro y duro, con las enseñanzas de sus progenitoras y antepasadas.

En realidad, la mayoría de actos de los hombres que han alzado sus voces, y sus armas, en realidad (incluyendo los miembros de la Iglesia) en contra de ellas, llevan finalmente a dicho momento. Claro está que a partir de cierto momento, esa "sabiduría" se tendrá que mantener oculta, pero de ningún modo desaparecerá, sino que permanecerá como base de los conocimientos más generales que este personaje consigue atesorar.

Pese a lo dicho, evidentemente ni todos los hombres serán malos, ni todas las mujeres serán sabias, ni todos los miembros de la Iglesia serán perversos; no, los que realicen acciones perversas lo harán movidos por diversos miedos, algunos consecuencia de sus propios demonios internos, otros arrastrados por un miedo colectivo, pero otros y otras se moverán por amor, por fidelidad, por interés a la ciencia y a los conocimientos, vengan estos de donde venga. Esto da idea de la riqueza de personajes de la novela, entre los que ya digo, tienen un lugar casi predominante los escenarios, los parajes y lugares que, en ciertos momentos, son incluso voz narrativa de los diferentes apartados en los que se divide la narración, contándonos desde su punto de vista partes de la trama, acudiendo incluso en ocasiones a esa ruptura de plano temporal a la que aludíamos como una de las características del realismo mágico/mítico.

Para ir acabando, una muy digna representante del realismo mágico, que traslada la acción a unos escenarios y a un tiempo de la España rural que "lucha" contra el paganismo y las "brujas", empujada por el temor de los hombres y de la Iglesia a verse desplazados por la ciencia de las mujeres, ya sean "sabias", parteras, o madres de la tierra.

J. Javier Arnau