El enredo de la bolsa y la vida
Título: El enredo de la bolsa y la vida
Título Original: (El enredo de la bolsa y la vida, 2012)
Autor: Eduardo Mendoza
Editorial:
Seix Barral
Colección: Biblioteca Breve
Copyright:
© Eduardo Mendoza, 2012
© Editorial Seix Barral, S.A., 2012
ISBN: 9788432210006
Tapa: Blanda
Etiquetas: humor comedia detectives género negro investigación policiaca literatura española sátira sagas Angela Merkel personajes reales cameos crisis financiera
Nº de páginas: 272
Argumento:
El anónimo detective de El misterio de la cripta
embrujada, El laberinto de las aceitunas y La
aventura del tocador de señoras regresa a la acción en tiempos
de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y
sin un euro en el bolsillo, vuelve a ejercer de insospechado
sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera contrarreloj por
desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los
servicios de seguridad del Estado.
Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda,
Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su
negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque
de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales
con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el
timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli
Kakawa, conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el
repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del
restaurante Se vende perro.
Eduardo
Mendoza regresa con una sátira genial, como las que sólo él
sabe hacer. En ella la fábula crea su propia verosimilitud, que es,
paródicamente, la del género policial, y la de la farsa convertida
en apólogo moral. No se puede contar el libro sin una sonrisa; pero
es imposible leerlo sin carcajadas, y sin comprender que en la
Europa en quiebra técnica que habitamos no basta con el humor
dinamitero e inventivo: es preciso, además, el don de la
lucidez.
(argumento editorial)
Opinión:
Muchas veces he oído a amigos míos quejándose de que tal o cual
libro que prometían risas a destajo han sido una total decepción.
Yo llevo años contestándoles lo mismo: ¿Quieres reírte? Léete a
Mendoza y verás si te ríes.
El enredo de la bolsa y la
vida es la cuarta entrega de la saga protagonizada por
un detective loco que inició sus aventuras cuando en 1979 Eduardo
Mendoza publicó la primera novela de la serie, El
misterio de la cripta embrujada, novela que nos recomendó leer
una profesora hace ya muchos años y que supuso mi primer contacto
con el escritor catalán. Desde entonces he seguido a Mendoza con
más o menos asiduidad, al más humorístico y al más serio, y nunca
me ha decepcionado. Además Mendoza tiene el humilde honor de
figurar en mi no menos humilde lista literaria como el autor
español del que más libros he leído, el que más me ha hecho reír y
el que consiguió que me reconciliara de una vez por todas con el
Premio Planeta cuando en 2010 se lo concedieron por Riña de
gatos.
En el El enredo de la bolsa y la
vida nuestro anónimo detective, que en el pasado estuvo
recluido en un centro penitenciario para delincuentes con
trastornos mentales, regenta ahora una peluquería en la que no
entran clientes ni por equivocación, está sin blanca y subsiste a
duras penas a base de Pepsi-Cola y gracias a la dudosa generosidad
de sus vecinos: unos chinos que regentan un bazar, de ahí la
portada del libro con un gato chino encima de un sillón de
peluquería. Recibe una invitación del psiquiatra que lo trataba y
se reencontrará con un viejo compañero de andanzas
frenopáticas.
Desde el principio ya es imposible parar de reír con las anécdotas
que su colega Rómulo el Guapo le narra al detective al ponerlo al
corriente de su vida, como el frustrado atraco a un banco o el
intento de secuestro del avión donde viajaba un equipo de fútbol,
que me arrancaron tales lagrimones que a punto estuve de manchar el
libro de rímel. Y eso nada más empezar el libro.
Las novelas de Mendoza son inolvidables, pasan los años y uno sigue
acordándose de los personajes y sus majaderías. Con El enredo de la bolsa y la
vida Eduardo Mendoza vuelve a dejar el
listón muy alto, y pese a que aquí el doctor Sugrañes y el alcalde
de Barcelona tengan poco protagonismo (¡lo que me pudieron hacer
reír en La aventura del tocador de señoras!), con la
presentación del personaje de la Moski en la novela o con las
apariciones del Sr. Siau, el chino que regenta el bazar de
enfrente, me he retorcido de risa. Con ellos y otros más de nombres
tan pintorescos y simbólicos como Quesito, el Juli, el Pollo Morgan
o un maestro de yoga llamado Pashmarote Pancha (sólo de escribir el
nombre ya me entra la risa), el detective se verá envuelto en una
trama que aparentemente consistía en averiguar el paradero de su
compañero del sanatorio, Rómulo el Guapo, que desaparece
repentinamente tras el reencuentro con el detective, y que
adquirirá tintes insospechados donde hasta el terrorismo
internacional encuentra su sitio.
Mendoza recurre a la primera
persona para narrarnos las aventuras de su detective a lo largo de
diecisiete capítulos cortos titulados que facilitan (aunque no hace
falta) la lectura del libro. Todos están a la misma altura y no hay
ninguno que se desmarque, en todos te ríes por igual y con todos se
disfruta porque Mendoza es un maestro del humor pero también lo es
de la calidad narrativa. El libro no conoce el aburrimiento, aquí
no sobran páginas, no hay relleno que valga. El ritmo es
tremendamente ágil y entretenidísimo gracias a la impresionante
verborrea y oratoria del detective y sus circunloquios, y a las
situaciones disparatadas en que se ve envuelto. Personajes de lo
más cutre, ya de por sí cómicos, lo resultan aún más por las frases
cultas que Mendoza pone en sus bocas, llenas de palabras refinadas
y prácticamente en desuso.
Una trama tan absurda y con tanto dislate podría en otras manos no
llegar a buen puerto, pero Mendoza es único en su género y
aúna con éxito personajes ficticios tan majaderos con la mismísima
Angela Merkel, a la que dota de la misma idiocia que a los demás,
consiguiendo rematar a la perfección un relato tan disparatado como
realista, y es que de paso (¿o no tan de paso?) Mendoza hace un
análisis de la sociedad que nos rodea parodiando temas de rabiosa
actualidad como la crisis del euro o la expansión de China,
convirtiéndose así el libro en todo un testimonio satírico de
nuestra época.
Pocas veces he estado tan de acuerdo con la contraportada de un
libro, y es que El enredo de la
bolsa y la vida no se puede contar sin una sonrisa (yo
la tengo mientras escribo estas letras) y es imposible leerlo sin
carcajadas. Yo que tú no me la perdería.
Mar Gázquez
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Comentario de los lectores:
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