El emblema del traidor

Opinión:

Al contrario de lo que pueda pensar un lector habitual de Juan Gómez-Jurado, este libro no tiene nada que ver con sus anteriores obras (Espía de Dios y Contrato con Dios), tal y como aseguró él mismo en la rueda de prensa que hizo en Alicante cuando ganó el VII premio de Novela Ciudad de Torrevieja. En aquel momento me costaba creerlo, pero cuando lees "El emblema del traidor" te das cuenta de que, en efecto, Juan Gómez-Jurado ha pegado un salto literario temático y de estilo.

Aunque esta novela contiene acción (especialmente reunida en puñetazos y palizas), no es eso lo que la define. Si tuviera que buscar unas pocas palabras para ello diría que "amor", "traición", "secretos" y "engaños" son algunas claves de "El emblema del traidor".

Sus personajes son totalmente distintos entre sí, parecen reales por sus actos, sus sentimientos, sus razonamientos, sus dudas,…, aunque cueste -en ocasiones- creer algunos aspectos de ellos, quizás porque nos encontramos ante una mujer, Alys Tannenbaum, judía, joven, audaz y de fuerte temperamento, que escapa de los cánones habituales de su época (pero, ojo, tampoco es irreal dado que hubo ese tipo de mujeres). Sin embargo es su historia de amor con Paul lo que dirige, en parte, este libro.

Amor entre dos, odio entre otros dos (Paul y Jürgen) y una necesidad terrible de conocer la verdad sobre el padre muerto, llevan a los tres personajes a vivir experiencias muy distintas: veremos a Paul en África, a Jürgen jugando a hacerse el héroe, y a Alys convirtiéndose en una profesional de la fotografía. Todo poco a poco, y mientras tanto sufriremos con ellos, viviremos con ellos y conoceremos, por dentro aunque muy de soslayo -bajo mi punto de vista- la masonería.

Es un libro que se aleja de las novelas trepidantes anteriores (menos en el final, que no da respiro), pero que se lee con muchísimas ganas, y si se le permite avanzar, puede que acabe provocando en vosotros lo que provocó en mí. Al cerrar "El emblema del traidor" sonreí satisfecha y contenta, e inmediatamente volví a leer el inicio, cuando un capitán rescata a un grupo de alemanes en alta mar. Esa relectura me hizo sentir los personajes con una viveza inaudita: de pronto lo vi todo de otra forma, me emocioné con esas personas que iban atadas a la patera, y me enorgullecí de Juan Gómez-Jurado.

Por eso mi consejo es releer el inicio al acabar la novela para conocer la emoción más profundamente. Los navegantes de la patera se viven con una emoción más intensa. Se ven con los ojos del conocimiento, se descubren de otra forma, de hecho se transforman y te provocan la emoción de quien sabe quiénes eran los integrantes de la patera.

Y una cosa más al respecto. Cabe la posibilidad de que en algún momento dado te plantees seguir o parar, decir "esto no me lo creo", y dudar entre continuar o apartar el libro. Acábalo. Cuando llegas hasta el final todo tiene sentido, hasta lo insospechable, porque Juan Gómez-Jurado no ha buscado fantasía, si no que se ha basado en personas con o sin moral. Ha sabido ajustar sus personajes a la realidad.

Una novela como esta merece el premio que se llevó, pero lo que más me emociona en este sentido es que no existía conexión entre el autor y la editorial hasta la llegada del premio, dándole un punto de credibilidad más fuerte a él, como aseguró Juancho Armas Marcelo en la rueda de prensa.

Por cierto, quienes disfrutan con Carlos Ruiz Zafón y sus novelas, que sepan que ésta precisamente les encantará.

Nota: Al finalizar la novela, Juan Gómez-Jurado nos habla de la historia, de la parte de realidad que tiene, del emblema que diseñó Hitler, del librero que le contó la historia… Imperdible.

Anika Lillo