El efecto Transilvania. Ilustrado

Opinión:

Lo primero que me gustaría decir es que este libro es mejor leerlo cuando ya sabes algo de antemano. Si te falta información -y es que yo tengo la mala costumbre de no leer los argumentos o leerlos una vez y coger el libro casi un año después y no recordar de qué iba-, es posible que no entiendas nada. Este libro destila surrealismo por todos los costados. La máxima pista la da la ilustración de portada, y algunos comentarios del narrador cuando hace referencias a salidas del hospital. Pero si no tienes esto en cuenta puedes creer que estás en una novela de ciencia ficción o fantasía y buscar sentido a lo que no tiene.

Si la lectura se hace buscando un sentido, no lo encontrarás. Incluso en la ciencia ficción y la fantasía existen unas reglas mínimas: que lo que se cuenta sea coherente. En esta locura de aventura falta coherencia, y es porque las cosas pasan y punto. Estás esperando todo el tiempo encontrarle sentido a -por ejemplo- qué poder tiene cierta muñeca y jamás lo encontrarás. Ese es uno de los ejemplos. Y si existe una relación coherente entre una cosa y otra -como el por qué Peña es la única que puede salvar a la niña que van a ejecutar-, yo no lo he visto. Esto no me ha entusiasmado, la verdad.

La otra forma de leer el libro es tomando como referencia la ilustración de portada: sale un joven con una camisa de fuerza, ergo lo que vas a leer posiblemente no tenga mucho sentido porque la historia sale de una cabeza enferma y confundida que utiliza más el simbolismo que la realidad.

Lo cierto es que esconde detrás una historia durísima pero está totalmente escondida, y de ella sólo sabemos algo cuando acaba la novela. No hay suficientes pistas, la fantasía de la mente de Eme anula el problema real al que se enfrentan los jóvenes.

Por cómo cuenta la historia, por lo que cuenta y por sus personajes (adolescentes) la lectura me ha parecido juvenil, pero se vende como adulta y forma parte de una trilogía cuyos otros dos libros yo sí veo más para adultos. No pondría ésta como literatura adulta; de hecho prefiero las otras porque siendo más oscuras tienen mucho más sentido ("El humo en la botella" y "El espejo del monstruo"). Pero claro… si un adolescente lee esta historia -teniendo en cuenta lo que me ha costado a mí centrarme en ella- no creo que se entere de mucho.

Del grupo de personajes protagonistas es Paco Ballesta -el invidente- el que arranca varias sonrisas durante la lectura. Es aire fresco. Su inventiva es genial, porque él también inventa, sí, pero sus historias son mentiras casi paródicas. Peña es la rara de la pandilla, porque tiene poderes, y por muy rara que sea esta historia sólo ella es capaz de hacer las cosas que hace. Eme es un soñador, pero sueña especialmente con Peña. Tona, Fritz y  otro crío, Fernando, con manos ortopédicas conforman el grupo de jóvenes de esta novela. Y quedan dos: las hermanas Palma y Pisca. Una está muerta y la otra va a ser ejecutada.

La novela se basa en el intento de salvación de la vida de la jovencita que va a ser ejecutada, pero alrededor de esta trama ocurre todo tipo de cosas y se cruzan con todo tipo de personajes de lo más extravagantes. Ilusionistas, curas, pandilleros, mendigos… incluso un viejo que está rejuveneciendo. Y signos, geoglifos, fantasmas, un libro que parece narrar cosas que le pasan a Eme, una hermandad, dirigibles con vida propia y malas intenciones…

La novela, podría decirse, es una aventura excéntrica donde igual te aparece un dirigible que personajes con metales incrustados en la carne. A mí me ha costado concentrarme en la historia. Generalmente soy muy entusiasta con Biedma pero con esta no he conseguido disfrutar igual que con sus otras novelas. Lo cierto es que me fastidiaba mucho estar leyendo y descubrirme pensando en otras cosas porque no me enteraba de lo que leía. ¿Quizás no era un buen momento para leerlo? Es posible.

Podría decir que el autor se habrá documentado especialmente en la enfermedad mental y habrá clavado la visión de un enfermo esquizofrénico cómo vivió él -o su mente- la despedida de la adolescencia y de la inocencia, pero yo espero algo más de una novela: entenderla. Que al final de la obra salga un conejo del sombrero para darle sentido a un simbolismo que ha estado ocultando todo el tiempo de qué me hablaban, a mí no me convence especialmente si no es para matrícula de honor ¿Habéis tenido alguna vez un sueño extraño, inclasificable, absurdo? Pues eso es exactamente "El efecto Transilvania". Puede tener su encanto, cierto, siempre y cuando sea eso lo que esperes de la obra. Yo esperaba otra cosa.

Tiene un pero más, aunque nada que no se pueda arreglar: ciertos errores en las palabras (no sólo fallos en las tildes) como "en cuando" en vez de "en cuanto".

Lo especial de esta edición es el mini comic que aparece en páginas centrales. Son pocas páginas y no abarcan toda la historia pero recoge una escena que en realidad conocemos al final. Y el dibujo, del que se encarga Leticia Morgado, me ha encantado.

Y lo que más me ha gustado junto al minicomic ha sido el guiño que he podido ver a otras de sus novelas en los títulos, como "El humo en la botella" o el guiño a otro escritor, amigo suyo, Jerónimo Tristante, cuyo nombre aparece como autor y como el nombre del dirigible.

Quienes hayáis leído anteriormente al autor reconoceréis enseguida a Juan Ramón Biedma.

En su obra "El humo en la botella" -que a mí me gustó muchísimo- encontramos a Eme muchos años después, ya adulto, y ahí encontraremos también mucha rareza y mucha locura, pero coherente. Para mí esto es sinónimo de un trabajo más currado, de un talento más pulido.

Para quien no haya leído aún "El efecto Transilvania" que lo haga recordando que va a leer una experiencia esquizoide, y posiblemente la disfrute mucho más.

Anika Lillo