el cuarto cerdo
Título: el cuarto cerdo
Título Original: (el cuarto cerdo, 2011)
Autor: Diego Ameixeiras
Editorial:
Sigueleyendo
Copyright: Formato: E-Book
Edición 2011
ISBN: No definido
Etiquetas:
asesinos
autores
book
criminales
ebook
e-book
escritores
españoles
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literatura española
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psicópatas
psycokiller
sociópatas
Argumento:
Julio Cerdán quiere honrar a su padre, vengarlo, sentenciar a quienes le deshonraron. No importa si esos son de su propia sangre, no importa si él tampoco le ha honrado. Cada uno ve el mal con sus ojos. Julio Cerdán sólo ve la paja en el ojo ajeno.
Diego Ameixeiras se ocupa del cuento de “Los tres cerditos” en los clásicos readaptados contemporáneos para la colección Bichos de Sigueleyendo.
Opinión:
Dentro de la colección Bichos, entre los clásicos infantiles para adultos, el autor argentino Guillermo Orsi, con “La niña y el lobo”, y Juan Ramón Biedma, con “Ni Hansel ni Gretel”, se encargan de la Caperucita Roja. De Los Tres Cerditos se encarga el gallego (aunque suizo de nacimiento) Diego Ameixeiras. Todos pertenecen a la misma colección: formato e-book que se compra directamente desde la web de sigueleyendo a sólo 1 euro.
Ameixeiras, autor de “Dime algo sucio”, recurre también a lo peor del ser humano. Es curioso... ya teníamos claro que en teoría los cuentos infantiles nos hablaban de la maldad del ser humano, en Caperucita y el lobo lo veíamos muy claro porque veíamos a Caperucita como la víctima y al lobo como el depravado, pero en este caso no tanto; ha sido Ameixeiras quien ha decidido que “cerdito” se traduzca de forma literal y que sea algo más que un símbolo. Los hermanos son unos cerdos. No animales, cerdo en su otra acepción, en la forma peyorativa con que nos dirigimos a determinada gente. Y aquí también hay lobo. Le tocará al lector decidir si hay diferencia entre unos y otros.
El autor habla de suciedad de alma y utiliza a una familia (compuesta únicamente de hombres) de los bajos fondos, aliados de criminales y supeditados al mafioso traficante de drogas que será el punto en común. No son tres cerditos, son cuatro, pero uno de ellos, quien dirige la trama y busca venganza, es el brazo ejecutor, el dios colérico y vengativo que sólo ve la paja en el ojo ajeno. Para él los tres cerditos son sus tres hermanos. Tiene sus motivos y aquí le veremos actuar en consecuencia; sólo se le escapa algo: no se ha mirado al espejo.
El relato es muy directo, se apoya en diálogos tajantes, duros y clarificadores. Los actos, tanto como las palabras, muestran los perfiles con absoluta nitidez. El lector no verá almas de la caridad, verá escoria. Ahora toca reflexionar y preguntarse, ya que nos da la oportunidad, si bien está lo que así acaba. No os contaré el final de “El cuarto cerdo”, es cosa vuestra reconocer este tipo de gente –que la hay, con ella convivimos en cualquier país del mundo- y preguntarse si aún debería apretarse otro gatillo. Difícil cuestión si pretendes no dejarte llevar por la rabia.
Anika Lillo
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