el cuarteto de whitechapel

Opinión:

Alguien capaz de dar cabida en un mismo libro a Jack el destripador, Borges, los atentados del 11S, una serie de suicidios televisados y el arte contemporáneo como parte de una única historia cuenta con mi admiración. Si además consigue hilar una trama que pese a lo atípica y sorprendente no parezca un sinsentido y responda a una lógica, aunque sea la muy peculiar del protagonista, se merece mi más sincero aplauso. Y eso es lo que ha hecho Daniel Sánchez Pardos en "El cuarteto de Whitechapel", un libro muy interesante, brutal por lo que nos propone, del todo original y que resulta adictivo.

Pero vayamos por partes. La figura del destripador sigue fascinando al público más de cien años después de que sucediera su leyenda. Tal vez porque nunca se llegó a conocer su identidad o porque, como asegura el autor, fue el primer criminal mediático de la historia. Por otro lado los atentados del 11S siguen estremeciendo y fascinando a partes iguales a los que pudimos verlos televisados en su momento y seguirán causando un efecto semejante en quienes los verán muchos años después. Si a todo esto le añadimos el extravagante mundillo del arte contemporáneo con las excentricidades de algunos artistas para los que “todo vale”, si además dejamos que lo sobrevuele el fantasma de Borges y lo poblamos de unos personajes muy peculiares y si nos aventuramos a transitar un Londres subterráneo y la cara más oscura de la condición humana, lo que se obtiene es este libro. Pero hay que hacerlo con mucha pericia y ponerlo en buenas manos, las de Daniel Sánchez Pardos, para que la cosa no se desmadre y acabe convertida en algo grotesco e infumable. Para alegría de sus lectores no es el caso.

Desde la más absoluta modestia y con la mayor naturalidad del mundo este escritor nos lleva a través de su particular imaginario. Reúne en este libro muchas de sus pasiones e inquietudes y les da la pátina de la buena literatura para convertirlas en novela. Su estilo es ágil, no engola la voz para demostrar lo bien que sabe escribir, no le hace falta. Y si tenemos en cuenta que se trata de un autor con apenas dos libros editados eso es un gran mérito.

Destacan la minuciosa construcción que hace de sus personajes, incluidos los muchos secundarios que pueblan las páginas de la novela. También hace una crítica feroz, tal vez sin llegar a proponérselo, del arte contemporáneo y de la actual sociedad del espectáculo en la que todo se televisa en directo y todo se banaliza. No falta el buen humor que sobrevuela toda la obra. Entretenida, sugerente, atrevida y original son algunos de los adjetivos atribuibles a este libro. Y todo ello sin perder de vista su profundidad, puesto que su crítica a la sociedad actual hace que nos planteemos muchas cosas, nos lleva a pensar.

María Dolores García Pastor