El color que cayó del espacio

Opinión:

Lovecraft, uno de mis autores de terror favoritos de todos los tiempos. Este libro (en ocasiones titulado "El color que cayó del cielo" o "El color que cayó del espacio exterior") se titula con gran acierto "El color que cayó del espacio", porque el cielo yo lo relaciono con las nubes, pero el espacio… ese sí es un misterio todavía, y lo que contaba Lovecraft en 1927 aún tiene vigencia hoy debido, precisamente, a que el espacio todavía contiene secretos.

La editorial Nórdica, además, ha creado un libro bello. Es manejable, delgadito, con tapa blanda con solapas e ilustrado por Albert Asensio (también muy atinado en su dibujo). Estas ilustraciones combinan el negro con el violeta, o rosa, y podría mezclar cualquier otro para definir esa cosa que vino del espacio porque, como dice Lovecraft, desprendía un color incomprensible. En cualquier caso el autor opta por un color que sobresalga ante el gris apagado y oscuro de las escenas para darle importancia al elemento principal de la desgracia de los habitantes de la granja Gardner.

Y ese mismo color (¡qué maravilla!) lo utiliza la editorial para su portada, la numeración de las páginas y las guardas. ¡Cómo no va a ser maravilloso si la edición es tan bonita!

En cuanto a la historia, es un verdadero clásico del terror (yo retengo en la memoria unos cuantos de Lovecraft pero de vez en cuando me gusta releerlos), un relato largo en el que su autor se sintió satisfecho (para él, cuentan, su mejor obra).

Arkham es como la Derry de Stephen King o el Macondo de Gabriel García Márquez, una ciudad ficticia que le sirve para situar un escenario horrible, terrible, inenarrable a veces. Es, precisamente, mediante sus adverbios y adjetivos calificativos como logra Lovecraft mostrarte un lugar maldito, algo oscuro y peligroso que puedes no "ver" con los ojos, pero sí sentir con el alma. El horror, su forma de traspasar las páginas y lanzarte el miedo de sus granjeros y pueblerinos de la época (incluso usando científicos y gentes de mente abierta), es fantástica. No entiendo por qué en algún momento de la historia de la literatura se denigró el talento de este hombre. Seguramente para valorar a uno tuvieron que pisar a otro, algo tan humano como deplorable, porque debieron basarse en prejuicios. O quizá era un autor muy arriesgado con sus tramas (¿un color indescriptible era el enemigo?) y tanta originalidad no les iba bien.

Su narrativa oscura desprende la sensación de que algo maligno, terrible, horripilante, ha llegado a la tierra para invadir y agenciarse de una parte del terreno, creciendo muy despacio, pero dejando cadáveres a su alrededor. ¿Cuántos no habrán copiado o se habrán inspirado en estas historias? Pues démosle a Lovecraft el aplauso que se merece por haberlo escrito antes que los demás y con ese tono tan diabólico.

El cuento es tan tenebroso y la edición, tan bonita, que es imposible no recomendarla.

Anika Lillo

Foto homenaje