El chico de las bobinas

Opinión:

"El chico de las bobinas" retrata la Barcelona de la posguerra, centrando la atención en un puñado de personajes cuya vida está muy relacionada con el cine: Nil, que lleva las bobinas entre los cines donde se proyectarán las películas; Bernardo, proyeccionista; Paulino, acomodador; Lolita, dobladora de voz; Leo, un librero enamorado del cine.

Junto a ellos, otros cuantos muy cercanos, familia o amigos, que comparten las penurias de la época, como depender de lo que permitía comprar la cartilla de racionamiento, además de buscarse la vida como se pueda, buena o malamente.

Pero además, en esa época, si las ideas de uno eran diferentes a las impuestas por el régimen, tocaba andarse con mucho cuidado. También, tener algo de suerte y no caer en manos de la policía, que muchas veces tenía carta blanca para hacer lo que le viniese en gana; tanto si se trataba de personas cuya sexualidad no era aceptada, como si sus ideas políticas les impulsaban a rebelarse contra el orden establecido o, simplemente, protestar por las injusticias que veían.

La intriga está servida desde el primer momento, cuando la vida de los protagonistas se complica bastante con un cromo, ya que encierra un secreto que pondrá en peligro sus vidas.

Entre medio, la vida de esos mismos protagonistas es mostrada con crudeza, sin medias tintas, mientras superan, o no, las dificultades cotidianas, paliadas a medias con el estraperlo quien podía o con actividades menos aceptadas socialmente.

Además de ese grupo, con el que es muy fácil encariñarse y que también hace sufrir muchas veces, hay otro, más cercano al régimen y que se mueve en muchos casos por los grandes salones de la gente bien situada.

Esa parte antagonista lleva sus chanchullos a otro nivel, con mucho dinero de por medio, además de facilidades para sus negocios gracias a las corruptelas policiales y políticas. No obstante, también los hay que son supervivientes, aun a nuestro pesar.

La historia está repartida en tres partes, señaladas por el año en que transcurren (1945, 1947 y 1949) y enlazadas por el devenir de los hechos que marcan las vidas de los protagonistas.

"El chico de las bobinas" me ha parecido una historia emocionante, que atrapa en la lectura desde la primera página con unos personajes entrañables por su sencillez y sus ganas de vivir, que superarán cualquier dificultad mientras sigan vivos.

Selin