El cautivo

Opinión:

La narración da comienzo en Jerez de los Caballeros, Badajoz, donde transcurre la niñez de Luis María. Un periodo en el que las enseñanzas corren a cargo de su madre, ante la ausencia de su abuelo, cautivo a manos de los moros de Argel, y de su padre, quien lucha contra los alemanes en la batalla de Mühlberg. Con el tiempo, los relatos de su madre dan paso a las aventuras que le propicia el regreso de su abuelo, desmejorado y cercano a la locura pero aun tiene tiempo de hacer de las suyas con la disculpa de contar a sus nietos el noble arte de la guerra, las cuestiones militares y enseñarles el uso de todo tipo de armas. Una educación encaminada a seguir con la tradición familiar.

Su gran parecido con su padre, tanto en lo físico como más adelante en las cualidades que va demostrando, le abrirá muchas puertas a lo largo de diferentes situaciones de su vida, tal es el reconocimiento que su familia tiene entre los soldados de los tercios que han servido al rey.

Es de adolescente cuando Luis María entra al servicio del conde de Oropesa, don Fernán Álvarez de Toledo, y donde realmente comienza su aventura, que además tendrá el aliciente, entre otras cosas, de asistir al emperador Carlos V cuando se hospedó en Jarandilla de la Vera camino de su último viaje hacia el Monasterio de Yuste, donde decidió pasar sus últimos días.

Entre sus cualidades destaca la pasión por la música y los libros de caballería, aficiones que toma gracias a su amistad con la joven Inés, quien le enseña a tocar la vihuela, una especie de guitarra de uso popular entre los nobles, y poesías que aprende a cantar. Un arte que irá desarrollando y que le servirá para salvar el pellejo en más de una ocasión.

Camino de los tercios de Italia su vida dará un giro inesperado. La ficción recreada por el autor nos ayuda a seguir conociendo como andaba el mundo por aquella época, donde el cambio de rey no iba a deparar para el reino español más que sinsabores, disimulados entre alguna que otra alegría. El declive de los Austrias a la muerte del emperador Carlos V y los primeros movimientos de Felipe II son un buen enclave de la novela.

Pero primero conoceremos de qué manera se reclutaban efectivos para el ejército, donde tenían cabida buscadores de fortuna y mercenarios que se mezclaban con apenas un puñado de soldados que conocían el arte de la guerra o al menos habían participado en alguna batalla memorable. Luis María asimila las enseñanzas del uso y costumbres del ejército, un aprendizaje que le valdrá para su propia subsistencia y la de los soldados a su cargo en escenarios como Sicilia, Malta o Milán; allí toma su bautismo de fuego y se consagra como un gran militar.

El personaje de Luis María cumple todos los requisitos del héroe de la Edad Media, noble, descendiente de soldados curtidos en las más importantes batallas de nuestra historia, carismático y un referente para quienes luchan a su lado. En definitiva un protagonista perfecto para recorrer una época de cautivos, símbolo de las campañas contra los turcos en el Mediterráneo, en un episodio final que queda reservado para el disfrute de una hazaña con tintes épicos.

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