El castigo de la Bella Durmiente. Saga Bella Durmiente 2

Opinión:

Un año después de "El rapto de la Bella Durmiente", Anne Rice publicó en 1984, bajo el mismo seudónimo de A. N. Roquelaure, "El castigo de la Bella Durmiente", con la continuación de la historia de Bella, que ahora se desarrollará en el pueblo, lejos del castillo y de los oropeles de la nobleza.

En esta segunda entrega hay mucho más sexo que en la primera, que estaba más centrada en las azotainas y contenía pocas relaciones sexuales, mientras que ahora menudean bastante más. Además aparece con fuerza otro fetichismo, como es la simulación equina (ponyplay) de los esclavos, enjaezados con toda la parafernalia necesaria para servir de tiro para los diversos carruajes que se utilizan en el pueblo.

Si ya antes, en el ambiente del castillo surgían las confesiones sobre la dificultad de entrar en un juego que se antojaba artificioso por provenir todos de la nobleza, en el pueblo es momento del reconocimiento, por parte de aquellos sumisos y sumisas rebeldes con aquella situación, de que ahora las sensaciones son tanto más intensas por ser reales, puesto que la plebe siempre tendrá ganas hacia los que se supone superiores por nacimiento, que por su propia dureza, limitada de igual manera que anteriormente, aunque se haga menos hincapié en el asunto.

En esta entrega hay un cambio en la narración de los acontecimientos, no en el caso de Bella que continúa igual que antes en tercera persona, sino en el de Tristán, para el que se utiliza la primera persona, posiblemente porque es en su ámbito donde aparecen las mayores novedades de la historia y esta baza permite incrementar la importancia de las sensaciones percibidas, más allá de los efectos físicos que habían sido fundamentales en la primera entrega.

De esta manera, "El castigo de la Bella Durmiente" constituye una buena continuación de la saga, con una lectura muy satisfactoria para quienes ya habían seguido las aventuras de Bella en la primera entrega.

Selin