El caso de la viuda negra (Víctor Ros)
Título: El caso de la viuda negra (Víctor Ros)
Título Original: (El caso de la viuda negra, 2008)
Autor: Jerónimo Tristante
Editorial:
Maeva
Copyright:
© 2008, Jerónimo Tristante
© 2008, Maeva Ediciones
Edición: 1ª Edición, Febrero 2008ISBN: 9788496748330
Tapa: Blanda
Etiquetas: siglo XIX Madrid Córdoba género negro policiaca detectives Víctor Ros investigación intriga ficción histórica
Nº de páginas: 315
Argumento:
El día de Nochebuena, Víctor Ros recibe una visita en su casa:
Demóstenes López, un humilde sepulturero, acude a pedirle ayuda
porque ha sido despedido. El cuerpo del coronel Ansuátegui, un
militar asesinado por los radicales que descansaba en el depósito
del cementerio, ha sido mutilado. Al parecer alguien ha robado un
valioso y llamativo anillo que el muerto llevaba. Al tratarse de
una estancia subterránea, sin ventanas y con dos soldados de
guardia en la puerta, el inspector Ros se interesa por el asunto e
intenta ayudar al pobre enterrador.
Poco a poco el caso le hará adentrarse en una compleja trama en la
que comenzará a intuir que una amiga de su esposa, Lucía Alonso,
joven, bella y casada con el anciano Marqués de la Entrada, puede
haber envenenado a su marido.
En esta novela, Víctor Ros no sólo se las verá con un rival de su
talla sino que tendrá que superar las dificultades que surgen en su
matrimonio al perseguir a una buena amiga de su esposa.
A caballo entre el Madrid decimonónico y la Córdoba milenaria, el
detective Víctor Ros se ve involucrado en dos casos llenos de cabos
sueltos cuya resolución será apasionante.
Opinión:
El 23 de enero de 1878, Alfonso XII contrajo matrimonio con su
prima, la princesa María de las Mercedes de Orleans. Muy poco
antes, el 16 de diciembre de 1877, se había efectuado la primera
comunicación telefónica en España. En ese día se mantiene una
conversación, entre la antigua ciudadela militar y el castillo de
Montjuic, en Barcelona, a través de cables. El 12 de febrero, la
paz de Zanjón pone fin a la Guerra de los Diez años o Grande, en
Cuba; y el 25 e septiembre, Joan Oliva dispara dos veces contra el
monarca, en Madrid.
El caso de la viuda negra, de Jerónimo Tristante,
transcurre en esa España de 1878, y el autor aborda ciertos
problemas de la época, conteniendo tres o más historias al mismo
tiempo, no ya los dos casos que nos plantea, sino que me refiero a
la vida familiar de Víctor Ros, con las reivindicaciones
sufragistas de su esposa Clara, los problemas de una criada o el
futuro del sepulturero despedido, sin olvidar problemas sociales,
como el bandolerismo que asolaba los caminos de un país anclado en
el pasado, o los acuerdos de Sagasta y Cánovas, "se hace
difícil para ciertos sectores pensar que los literales manejen el
cotarro", apunta oportunamente el comisario Buendía, uno de
los personajes de este novelario, pues no podemos olvidar que
El Caso de la viuda negra es continuación
de El misterio de la casa Aranda, y el
lector encontrará suficientes referencias a la anterior novela de
Tristante como para no olvidarlo.
Víctor Ros está llamado a convertirse en nuestro
Sherlock Holmes y don Alfredo en su particular
doctor Watson; o, para poner un ejemplo más de moda ahora
mismo, en el doctor Gregory House y su equipo, pues el
detective razona mejor cuando alguien le escucha, cuando tiene al
lado a quien practique una escucha activa.
Dice José Belmonte Serrano que "Jerónimo Tristante se ha
convertido en un autor de referencia dentro del panorama de la
narrativa española del siglo XXI", lo que comparto totalmente.
Ramón Jiménez llega a afirmar que es "un trabajador
infatigable, que dispone de una meritoria imaginación, que tiene
claro los principios en los que basa su escritura y que se puede
escalar posiciones incluso viviendo en provincia", aspectos
que también comparto, aunque me sea tan difícil compartir otras
cosas con este hombre que dominó la Editora Regional con pie de
hierro.
Como veis no quiero repetir el argumento, que está arriba, y
quiero felicitar al autor por esos guiños que hace a Murcia, por
incluir una leyenda tan bonita de la Iglesia de San Sebastián y el
Cristo de los Alabarderos, en Madrid; la de la casa Orive, de
Córdoba; y por enseñarnos esa moda recién llegada de París como era
(y posiblemente sigua siéndolo) el "asalto". ¿Acaso no saben
ustedes lo que es un "asalto"? Pues les invito a descubrirlo en la
última novela de Jerónimo
Tristante.
Francisco Javier Illán
Vivas
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