El cadáver. El segundo caso de Gideon Crew

Opinión:

La dupla Preston & Child nos conduce, otra vez, por los entresijos del FBI, operaciones encubiertas, muchas persecuciones y, ahora, ¡muertos radioactivos! Gideon Crew, uno de sus tantos personajes de acción, hace posible este juego maniqueísta del bien y del mal, contraponiendo al Islam con la tierra de las oportunidades, es decir, los Estados Unidos.

La novela negra, en este caso, se nutre de los miedos y las creencias, de los prejuicios de la población respecto a otra porción de la misma. No todos son iguales, no todos son buenos o malos, simplemente son. Esta novela arranca con un secuestro, un cadáver y se deshila en una serie de acontecimientos que nos hacen dudar de todo, ¡incluso del propio Gideon Crew! Y ya sabéis, no todo es lo que parece, el periplo del protagonista lo lleva por caminos ciegos, pistas erráticas y, sobre todo, por la propia negación de sí mismo. No, no quiere participar es esto, pero lo obligan. Lo acusan de traición, pero sale otra vez airoso. Aunque no indemne.

Cosas de la literatura. Un personaje fuerte y lleno de historias que debe hacer frente solo a toda una maquinaria en su contra y no puede fiarse de nadie. A veces pasa. Como la vida misma. Aunque no nos persigan con un revólver para acusarnos de nada.
Esta obra, la segunda entrega de la saga de Crew, nos da el puntapié inicial para conocer más al personaje, ver qué siente, piensa. Un personaje que se va configurando con fuerza, a través de la adversidad. ¡Un "héroe americano" por excelencia!

En el primer encuentro con Gideon, los lectores descubrieron que pende sobre su cabeza una espada de Damocles: una enfermedad terminal que no le deja mucho tiempo para disfrutar sobre la Tierra. En este segundo tomo, Crew trata de desentrañar, paralelamente, si ha sido una estrategia del equipo que le contrató para retenerlo. Tiene dudas, muy serias dudas. Pero esa, esa es otra historia. El asunto que nos entretiene aquí es la capacidad del protagonista de salir airoso de cualquier problema. Esa es su función. Salvar a la ciudad de Nueva York, a los Estados Unidos y al mundo entero. Claro, no podía hacer menos este "héroe americano". Eso lo cumple con creces. Un personaje que tiene de lobo solitario y de humano vulnerable, una dicotomía que le lleva por derroteros que se le interponen por el camino… o que le obligan. Es su sino. El sello indeleble de su naturaleza.

Carol Inabé Barba