El cabo del mundo

Opinión:

Cualquier escenario se tiñe de tonos grises cuando el relato que nos ocupa trata sobre la guerra civil, bien en los años previos, durante la contienda o en los posteriores años de la dictadura. Pero si hay un lugar donde no hace falta colorear el paisaje es en Galicia, sus bosques y la constante llovizna predisponen al lector para prevenirle del misterio o del terror que nos podamos encontrar según avanzamos.

Y en esta ocasión no podía ser diferente, pues desde el primer momento, cuando asistimos al entierro del padre del protagonista y alguien grita "¡Adiós, asesino!" nos vemos transportados a otra época, a un punto de la historia donde los relojes se quedaron parados y nadie parecía tener respuestas; y quienes las tenían no las daban. Otros, los que pusieron interés en esclarecer las cosas, terminaron de igual manera o se tuvieron que contentar con callar y cambiarse de bando para seguir subsistiendo en una España que necesitaría muchos años para empezar a cambiar de color.

La trama se centra en un episodio en el que participó el padre de Carlos Pereiro, Serafín, el cual formaba parte de las patrullas del amanecer que operaban en Galicia a las órdenes de falangistas que buscaban su trozo del pastel, recopilando datos, ajusticiando en los famosos paseíllos o cometiendo crímenes que no necesitaban ocultar. Una investigación que va mostrando los trapos sucios anteriores a la guerra, las desavenencias entre los habitantes de pequeños municipios y cómo estos sucesos se convirtieron en la pólvora necesaria para encender la mecha del fascismo.

El personaje de Carlos es el que nos lleva de la mano por el paseo misterioso de la Ribeira Sacra y al que tendremos que animar para que siga indagando en el pasado de su padre, que no es otro que el de una generación que en su juventud tuvo que tomar partido y no siempre acertó con sus decisiones; un pasado que les perseguirá hasta la muerte.

Carlos, es uno más de los hijos que han tenido que vivir con la carga de lo que hicieron sus padres y que necesitan soltar amarras conociendo su pasado. Una tarea en la que su madre, Carlota, será imprescindible para continuar investigando y levantando las pesadas losas del olvido, secretos que pueden hacer más daño que aliviar pero que él tiene todo el derecho a conocer para limpiar el buen nombre de su padre, o condenarlo. Carlota, relata a cuentagotas, dándole hilos de donde tirar y nuevos argumentos con los que ir encontrando parte de la verdad y descubrir al hombre que había dentro de aquel mutilado de la guerra civil española, encerrado en sí mismo, que era su padre.

La escasa documentación existente, previa al alzamiento y posterior a la guerra, que fue eliminando de los libros y de los archivos cualquier huella del terror; hace necesaria la memoria histórica de aquellos que están o estén dispuestos a ser sinceros abriendo a la historia episodios que ambos bandos han dejado olvidados o dormidos, esperando que alguna conciencia les despierte.

Un relato de ficción que a más de uno le traerá recuerdos de hechos acaecidos en el Cabo do Mundo, y en otros lugares; narrados por un autor que se ha puesto en la piel de los personajes y ha sabido transmitir la rabia y el odio, al mismo tiempo que la esperanza. Xabier Quiroga, refleja con maestría los escenarios gallegos y el yugo al que estuvieron atados sus vecinos, por medio de una trama que nos convierte en testigos y nos empuja a seguir investigando.

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