El Caballero del León
Título: El Caballero del León
Título Original: (Li Chevaliers au Lion, 1988)
Autor: Chrétien de Troyes
Editorial:
Alianza
Colección: Alianza Literatura
Copyright:
© 2014, Alianza Editorial, S. A.
© 2014, Traducción e introducción: Isabel de Riquer
Traducción: Isabel de RiquerEdición: 1ª Edición: Septiembre 2014
ISBN: 9788420689661
Tapa: Blanda, bolsillo
Etiquetas: magia aventuras edad media épica literatura francesa literatura medieval novela novela corta aventura épica rey Arturo novela artúrica locura caballería matrimonios de conveniencia honor y honra hechizos Yvain torneos
Nº de páginas: 190
Argumento:
Y todo sucede en la corte del Rey Arturo: una conversación que se convierte en disputa entre Keus y otros caballeros y se vuelve en un desafío para Yvain, hijo de Urien: es un viaje hacia lo maravilloso, hacia fuentes hechizadas, combates y matrimonios por conveniencia que se vuelven en amores triunfantes. Un ir y venir por los caminos de Yvain, ya loco, ya cuerdo, en busca del perdón de su amada Laudine. Todo puede ser, incluso la magia.
Opinión:
La edición de esta novela medieval está a cargo de Isabel de Riquer, quien nos lleva de la mano sobre el tema en cuestión, pero aprendemos mucho más de lo que se plasma en estas hojas de papel. Nos conduce por el bosque del entendimiento, sumergiéndonos de cabeza en la "materia artúrica" -esto es todo lo relacionado literariamente con el Rey Arturo y su corte-, y nos abre caminos insospechados acerca de fuentes en las que se basa la novela (o "roman" que era el nombre utilizado en la época) o las novelas de Chrétien de Troyes, prolífico escritor que además condujo este género a su máxima expresión.
En el caso de este "roman", el autor creó otra trama paralela: "El Caballero de la Carreta" (Alianza, 2013) donde se habla de las aventuras de Lancelot, otro de los caballeros de la corte del Rey Arturo y que encajan perfectamente como si de dos engranajes se tratara. Cuando Yvain necesita de la ayuda de su compañero Lancelot, éste está desatando entuertos en el mencionado "roman" y cuando Lancelot necesita de su amigo Yvain, pues más de lo mismo. Es un visionario De Troyes, al hacer este tipo de obras, es una de sus características, como también lo es narrarla como si de un cuento se tratase, en tercera persona, relatándola en pasado, como si ya hubiera sido y todo es un cúmulo de recuerdos.
En este sentido, esta obra tiene una serie de elementos propios del imaginario de la sociedad medieval: hechizos, "juicio de Dios", honor, cortes, torneos, defensa del desvalido por un caballero. Y del amor lo mismo, no es el "amor cortés" del que hablan los trovadores provenzales en la corte de Leonor de Aquitania, por allá en el siglo XII, un poco posterior a la época en que vivió el autor, sino un amor más telúrico, terreno, más real que ese amor idealizado del caballero y su dama del que hacen gala dichos trovadores.
Es que la Edad Media tiene muchos matices, entre ellos la evolución de muchos elementos de la sociedad: la caballería y lo maravilloso son dos de estos elementos. Ambos se traducen en historias sobre míticas cortes -la de Arturo es la más conocida-, donde todo es justicia, buenos compañeros, donde una dama puede pedir auxilio, donde se realizan torneos, donde el honor es el más alto podio que ganar. Allí, donde habita lo maravilloso, la magia, los hechizos, las contiendas y las largas esperas para hacer valer un "juicio de Dios", que podemos trocar en que el que tiene en realidad la razón, Dios ayudará al caballero que le representa.
Así se conjugan las piezas que le dan ese enorme potencial a estas obras: personajes ideales, amores correspondidos, delirios, justas, juicios y retorno a la normalidad. Una normalidad que en definitiva no existe, es un "roman", un romance, un cuento que va de boca en boca, contado alrededor del fuego, leído por una doncella a su dama, mientras ella borda y suspira. Es un retal de un tiempo pasado que se mitifica, que se mezcla con leyendas de la Antigüedad y con mitos celtas, que se vuelve un pasado glorioso.
Y es que en el enajenamiento dentro del que vivimos en pleno siglo XXI, detenerse a leer una novela medieval parece un acto propio de algún intelectual entendido en la materia, pero no es así, se puede disfrutar de esa capacidad de asombro única que tenía la sociedad en esa época: lo maravilloso seguirá siendo eso, un ajuste de cuentas entre la realidad y el sueño.
Carol Inabé Barba
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Comentario de los lectores:
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