El bosón de Higgs no te va a hacer la cama. La física como nunca te la han contado

Opinión:

Javier Santaolalla me ha dejado gratamente sorprendida con su manera de contar y explicar la física. De una manera diferente y divertida consigue que muchos de los lectores consigamos entender conceptos de la física que de otra forma pasarían a engrosar nuestra lista de ideas difíciles de entender y que sería mejor olvidar.

Tal vez aquellos que sean muy perfeccionistas puedan criticar la manera de exponer los conocimientos, pero ¿por qué no recurrir a personajes como Frodo Bolson, Luke Skywalker, Pikachu, Ronaldo y otros si con ello consigue hacer más amena la lectura y que la gente comprenda de verdad aquello de lo que está hablando?

No sólo se limita a explicar los conceptos de una manera sutil, clara y precisa, sino que acerca la física a los lectores desde sus inicios hasta los descubrimientos más actuales, pasando por la complejidad del Universo.

Así, como quien no quiere la cosa, descubriremos lo fácil que es entender qué es la mecánica cuántica, aunque no la entendamos en sí misma, así como los agujeros negros, la antimateria, incluso averiguaremos como se llegó a la teoría de la relatividad. Increíble que a pesar de años de esfuerzos, su descubrimiento fuera tan simple, por decirlo de alguna manera.

Descubriremos, asombrados, que la física es magia al ver que las partículas más pequeñas se ven si las quieres ver, que necesitas ondas para demostrar su ubicación, y que pueden estar en todas partes. Tal vez me explico mal, por ello os remito mejor al libro que no dejará de asombraros.

Mientras que Javier Santaolalla nos deslumbra con sus explicaciones y nos descubre una física asequible al ciudadano de a pie, también vemos lo poco que sabemos sobre este tema, tanto los más profanos como los expertos, para quienes aún hay muchas preguntas sin respuesta.

Un libro imprescindible para tratar de comprender mejor el mundo que nos rodea, con explicaciones sencillas, cercanas, fácilmente entendibles y con una lectura amena. Eso sí, que nadie piense que va a llegar a comprender la mecánica cuántica, por ejemplo, ya que ni los propios físicos la entienden.

Mila L. Castelo