El arte de escribir. Manual de escritura creativa

Opinión:

Una de las grandes preguntas del universo literario es si el escritor nace o se hace, cuestión que contiene en sí misma una decisión acerca de la ayuda real que pueden ofrecer a un aspirante a escritor materiales como el que reseño. Responder algo así resulta tremendamente complicado y tampoco es misión de esta reseña, aunque es justo reconocer que siempre ayudan a ofrecer pistas de mejora, y que además cumplen con la función de acompañar y apoyar (incluso emocialmente) al escritor en ciernes durante el difícil camino de la literatura. De cualquier forma, nos quedamos con el hecho indudable de que en los últimos años se ha convertido en un producto clásico de la oferta en librerías, y una elección frecuente entre los letraheridos que sienten el deseo de perfeccionar su escritura o redibujar su camino en la literatura.

Hay tanta cantidad y variedad de propuestas sobre escritura creativa que la cuestión da para toda una tesis doctoral, pues una buena librería siempre cuenta con decenas de libros que, con uno u otro enfoque, pretenden ofrecer ayuda para escribir mejor. La propuesta de David Vicente y la editorial Berenice que ahora reseño no es innovadora en sentido alguno; antes podría verse como tremendamente conservadora, pues se trata de algo que hemos visto muchas veces: capítulos que recorren los aspectos imprescindibles del oficio literario al tiempo que analizan las tareas más arduas de la escritura creativa: los diálogos, la descripción, la reescritura, el tiempo, el punto de vista, las distintas tramas... etc.

Encontramos muchos aciertos en este "El arte de escribir" de David Vicente, no obstante. En primer lugar, la calidez de la prosa con la que se cuentan los detalles del oficio. El libro es rotundamente ameno y transparente en la expresión, de manera que el mensaje siempre llega. No me cabe duda de que todo lector entenderá bien y sabrá bastante más sobre cualquier aspecto del oficio después de trabajar cualquiera de los capítulos. También son muy de agradecer las anécdotas del mundo de la literatura que desliza en el trayecto a la escritura. Por las páginas del libro desfilan Carver, Hemingway, Allende, García Márquez y otros muchos gigantes, y las anécdotas o enseñanzas ofrecidas son siempre interesantes. Cada capítulo culmina con un ejercicio para que el lector trabaje sobre el papel lo aprendido, aunque el número de actividades totales se me antojan insuficientes. Ofrecer varios ejercicios de un mismo aspecto en cada uno de los capítulos hubiera multiplicado las posibilidades del manual, y ayudas gráficas a la expresión también hubieran aportado.

David Vicente insiste y hace bien en la cuestión evidente de que no hay recetas mágicas en la escritura, pero sí mucho que aprender. También recuerda de manera acertada que la escritura es sobre todo un oficio en el sentido artesanal de la palabra, en el que se necesita mucha práctica (más de la que muchos escritores noveles imaginan) para alcanzar la calidad.

Si tengo que sugerir alguna carencia de esta propuesta es su brevedad: poco más de cien páginas incluyendo declaración de intenciones, índice y demás presentaciones suponen un contenido realmente exiguo para acercar al lector el arte de la escritura.

Rafael Ruiz Pleguezuelos