dune

Opinión:

Frank Herbert utilizó sus novelas para explorar ideas complejas sobre la psicología, la filosofía, la religión, la política, la ecología… de tal forma que sus obras pueden ser leídas en capas. Y lo fascinante es que, se lea la capa que se lea, se encuentra una uniformidad y una exposición minuciosa y profesional. No en vano, Frank Herbert dedicó cuatro años de su vida a tomar notas para escribir "Dune" y empleó otros cuatro para redactar la novela. Y eso la convierte en una obra de ciencia ficción cerrada y compacta, en cuanto a la historia, a los personajes, a la trama… pero abierta a muchas lecturas e interpretaciones.
 
"Dune" consiguió alzarse con los mejores premios de la ciencia ficción, el Hugo y el Nebula, entre otros, pero no es “únicamente” una obra Sci Fi, es mucho más. De hecho, una novela no sobrevive una generación a su autor y continúa gozando de una maravillosa salud literaria sino es por su propia valía. Y "Dune" lo vale.
 
La psique de un autor puede contemplarse a través de sus obras. Resulta muy difícil para un escritor no asomarse a su propia creación, no dejar plasmada su impronta en ellas. Y Frank Herbert fue un hombre complejo, como Dune; fascinante, como Dune; terrible, como Dune; múltiple, como Dune… y así podríamos continuar hasta la saciedad, porque hay mucho de Frank Herbert en Dune, él la consideraba su obra magna. Y lo fue. Cuarenta años después de ser publicada por primera vez, comienza a ser descubierta por una nueva hornada de lectores, jóvenes y voraces, que demuestran que una excelente novela, ya un clásico, es como los buenos vinos, mejora con la edad.
 
Por eso, "Dune" deviene en una obra terriblemente moderna, a pesar de sus años; pero a su manera, también es antigua. Plantea cuestiones medioambientales y temas ecológicos que hoy están en boca de todos pero que hace cuatro lustros nadie conocía; y retoma de los arquetipos de la mitología clásica la lucha por el poder, la ascensión de un mesías, el héroe esperado, la madre-bruja, el anciano sabio, el loco,…
 
Y todo ello aderezado con una gran fuerza narrativa, en ocasiones con imágenes sobrecogedoras; con unos personajes creíbles en sus pasiones, sus odios, sus deseos…; con unas descripciones de las intrigas y los juegos de poder políticos admirables; con una trama que sabe guiar a lector con un ritmo adecuado para cada momento lo que, teniendo en cuenta que hablamos de una historia de casi 600 páginas de apretada (muy apretada) escritura, es todo un logro.
 
El autor consigue trasladar al lector a un perfecto mundo de ficción creado en su mente y consigue hacerlo visible, palpable de tal forma que puede ser tocado, visto, oído e, incluso olido. Arrakis, el planeta desértico con olor a canela, seguirá presente en la mente del lector que se acerque a "Dune" mucho después de haber cerrado la última página del libro.
 
Pero ni siquiera eso será un verdadero problema porque Frank Herbert escribió una serie compuesta de cinco volúmenes más. Volúmenes que, gracias a la Factoría de Ideas, serán publicados en breve.

Gemma Nieto