donde hay nilad
Título: donde hay nilad
Título Original: (donde hay nilad, 2010)
Autor: Déborah Puig-Pey
Editorial:
Menoscuarto
Copyright: 1ª Edición, 2010
ISBN: 9788496675520
Etiquetas:
autores
contemporánea
escritores
españoles
hispanos
literatura española
literatura hispana
Argumento:
Nos encontramos ante una primera novela de una autora que ya lleva tiempo moviéndose por las bambalinas del mundo literario. Déborah Puig-Pey (Barcelona, 1960) es licenciada en Geografia e Historia (especialidad de Antropología Cultural) por la Universidad de Barcelona. Donde hay nilad es su debut en la novela tras cultivar durante años la narrativa breve, con reconocimiento a varios trabajos en este género. Entre otros, su relato "Usura" ganó en 1999 el premio Miguel Delibes de Narrativa Breve-Aula de Lletres de Barcelona y en 2005 fue finalista del XIX Premio Max Aub de Cuentos con "Mordechai. Una interpretación de la muerte". Ha publicado en la colección Relatos de mujeres de la editorial Torremozas. Actualmente pertenece al comité de la editorial Nortesur.
La obra es corta, escrita con un estilo escueto y muy condensado, -la autora está habituada ya a decir mucho en poco espacio- y francamente, muy atractiva, por la cantidad de sugerencias y connotaciones. Es la historia de una familia muy peculiar, parcialmente proveniente de Manila, Filipinas. Podría ello sugerirnos un cierto exotismo y un mundo lejano, pero no es así. El mundo que nos narra es más un mundo interior, un mundo de obsesiones y fantasmas privados, un mundo donde la realidad y la ficción se interrelacionan y producen mixturas memorables.
Opinión:
Comienza la novela en Manila, la tierra del nilad, matorral de flor blanca oriundo de Filipinas, equivalente a los campos de lavanda provenzales o de margaritas silvestres en España, y que dio nombre a la ciudad (May Nilad, en tagalo; Scyphiphora hydrophyllacea, su nombre botánico), pero se desarrolla saltando entre Barcelona, Tenerife, Londres y Manila; aunque en realidad, podría ocurrir en cualquier parte, porque lo que ocurre está más en la mente de los actores de la escena que en el escenario en sí.
El tiempo y el recuerdo, la realidad y el deseo o la ficción, se mezclan en este texto que si bien sabe a poco, su densidad le confiere lentitud a una lectura tan sugerente. La referencia al nombre de Muir en la rama femenina de la familia catalana nos lleva a recordar a otra señora Muir en el cine, cuyo trato amoroso con un marino fantasma es entrañable. Otra referencia cinematográfica y “fantasmal” es la de Jenny, la deliciosa película de Dieterle, con ese amor atemporal marcado por distintos tiempos que se entremezclan.
Como todas aquellas literaturas que bucean en el mundo interior, necesitan un tiempo para degustarlas y para digerirlas, para sacarles todo el jugo que contienen. Por ello, esta novela, por la brevedad del texto no debe ser tomada en absoluto como lectura de metro ni de avión. Es lectura de cómodo sillón de orejeras o de hamaca veraniega, para leer sin prisas y demorarse en sus fantasmas algo rulfianos, o virginiawoolfianos, imágenes de un tiempo perdido que vuelven, como los espectros de Rulfo, al presente virtual para hablarnos. O que se pasean como el Orlando virginiano entre épocas distintas, para llamar la atención de los seres que aman. Sobre todo, a partir de la mitad del libro, en que la novela alcanza el nivel adecuado y comenzamos a atar cabos. Quizás haya, por la condensación de información, un excesivo número de personajes, que a veces pueden confundir o distraer nuestra atención del núcleo principal.
Obra de múltiples lecturas cuyo trayecto sabe a poco, y que podría dar mucho más de sí, quizás una novela de mayor extensión, y que promete, si la autora sigue adelante, regalarnos con próximas obras de gran interés.
Ariodante
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