Don Juan Tenorio

Opinión:

"Don Juan Tenorio" es un clásico tan conocido que es difícil no saber de qué va, cómo acaba o incluso alguna de sus frases más conocidas, pero la verdad es que leerlo de esta forma, con una amplia introducción en la que se presenta el contexto histórico, la situación de José Zorrilla y el panorama cultural, cómo este influyó en la obra y cómo esta se convirtió en algo tan importante para la cultura popular, ayuda a comprender y valorar aún más la obra.

La historia en sí está narrada en verso pero, a pesar de algunos detalles de castellano antiguo, se comprende perfectamente y hay anotaciones que ponen en contexto algunas de las expresiones más complicadas. Los diálogos son muy amenos y van directos al grano, lo que hace que todo avance de una manera muy fluida. No obstante, hay que reconocer que, si uno se para a pensar, resultan poco creíbles todas las cosas que ocurren en tan corto espacio de tiempo, especialmente en la primera parte, en la que a la protagonista le da tiempo a fardar de sus maldades, ser encarcelado, salir de prisión, seducir a una mujer, raptar a otra, enamorarse de ella y muchas cosas más.

Aun así, tal y como ocurrió cuando se estrenó, debo reconocer que esta primera parte es la que más me ha gustado (hasta que se enamora locamente de Doña Inés y parece perder un poco de fuelle), ya que la segunda, con su tono más tétrico, las apariciones fantasmales y todo lo demás, se me hizo un tanto pesada y moralista. Debo reconocer que me gusta demasiado el Don Juan crápula, canalla e incorregible y que no le vi el encanto a que se dedicara un trozo tan largo de la obra a que se enmendara, y menos de una forma tan... sobrenatural.

Por otra parte, aunque entiendo que por ser una obra de teatro no podía alargarse demasiado, me hubiera gustado que se extendiera en ciertos hechos que luego se narran a posteriori, cuando hubiera sido un gran punto que se vieran en escena. A pesar de ello, todo es lo bastante ágil y entretenido como para que se pasen por alto esos detalles a mejorar (que el propio autor reconocía) y, con un protagonista tan interesante y carismático, sin duda es una historia que recomiendo leer.

Déborah F. Muñoz