Diarios
Título: Diarios
Título Original: (The Journals of John Cheever, 1991)
Autor: John Cheever
Editorial:
Literatura Random House
Copyright:
© 1990, 1991, Mary Cheever, Susan Cheever, Benjamin Cheever y Federico Cheever
© 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U
© 1991, Robert Gottlieb, por la edición
© 1991, Benjamin H. Cheever, por la introducción
© 2018, Rodrigo Fresán, por la cronología y las notas
© 1993, Daniel Zadunaisky, por la traducción
Traducción: Daniel ZadunaiskyEdición: 1ª Edición: Junio 2018
ISBN: 9788439733935
Tapa: Blanda
Etiquetas: adicciones alcohol autobiografía autobiográfica dinero diario intimista literatura estadounidense mezcla de géneros reflexiones sexo fe y creencias confesiones Cheever
Nº de páginas: 486
Argumento:
A lo largo de una vida atormentada y lastrada por la adicción al alcohol, el genio de la narrativa estadounidense John Cheever escribió en cuadernos sueltos apuntes personales y entradas de diario dispersas, que no se molestaba en fechar. A su muerte, los herederos encontraron veintinueve cuadernos que son una mina de reflexiones atormentadas y confesiones personales. Propuesta excitante y curiosa para los amantes del autobiografismo y la literatura del artífice de "El nadador".
Opinión:
Cualquier buen lector de John Cheever sabe que es propietario de una escritura felizmente triste, bella en su desolación. La lectura de estos diarios es un ejercicio de desamparo mayor, como si Cheever hubiera reservado la única luz que quedaba en su vida para las obras literarias que conocemos. Los "Diarios" de Cheever cumplen bien con la función voyeurista que encierra para tantos lectores la lectura de obras de este tipo, pues el autor norteamericano no establece barreras en el papel y es brutalmente sincero cuando habla de su desazón, de sus adicciones, cuando se describe como una persona fundamentalmente infeliz.
Hay mucha intimidad en estos diarios, tanta que a veces uno tiene la sensación de asomarse a una sima insondable. Se trata además de uno de esos libros que pueden abrirse por cualquier parte, que pueden funcionar como lectura discontinua, pues cualquiera de sus páginas tiene interés en sí misma, constituyendo una variación infinita de la misma materia. El hecho de que no haya marcas temporales o éstas sean realmente difusas le convierte para bien y para mal en un todo homogéneo, como notas que se escriben para propio consuelo y divagaciones en las que se busca más aclarar las ideas propias que contar algo a alguien. Prácticamente no corregía estos diarios, que apenas releía y eran más un desahogo escrito de una vida que el alcohol hacía realmente difícil. En él se habla de dinero, de sexo, de sus muchas insatisfacciones, de creencia religiosa incluso. En una dispersión textual total, hay espacio para reconocer todos los grandes temas de su obra, solamente que expuestos de una manera abrupta, a veces de una extrañeza que roza lo onírico.
John Cheever murió el 18 de junio de 1982, pero su obra no cesa de adquirir relieve y ganar lectores. Aquí tenemos narraciones oscuras, inconexas, que parecen más golpeadas en la máquina de escribir que escritas. Material rotundo, brutal, fieramente humano. Un regalo para los fans de obras inmortales como "El nadador" o la saga de Los Wapshot, que también ha sido reeditada en nuestro país recientemente. También es el complemento perfecto a las "Cartas", que han sido editadas por la misma editorial en fecha reciente.
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
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