Diario de viaje de un filósofo

Opinión:

Hermida Editores trae de vuelta uno de los clásicos del siglo XX en el apartado de filosofía. "Diario de viaje de un filósofo" constituye un gran viaje en donde el lector se sumará en una aventura espiritual, religiosa y cognitiva por la península arábiga, India, China, Japón y Estados Unidos. 

No se trata del común diario en el que el escritor narra todos sus pensamientos, sensaciones, emociones, sentimientos, encuentros, descripciones y todo lo que normalmente uno puede encontrar en un "diario". Se efectúa aquí una mirada distinta a todo esto, haciendo verdadero hincapié en la forma en cómo la espiritualidad y la religión son presentes en el mundo más allá de Occidente y en cómo esto afecta al ser humano y a su vida. Todos los pensamientos y reflexiones giran en torno a la vida religiosa y al concepto de la Humanidad respecto al mundo. Son reflexiones muy profundas, con multitud de meandros y baches y piedras por el camino, desafiando cualquier esfuerzo de paciencia pero aportando una gran suma de valores y de filosofía. De hecho, parte de su grandeza se halla en que cien años después de su publicación aún existe una brecha muy grande entre Occidente y Oriente, en donde Oriente, para los occidentales, sigue siendo un auténtico misterio, por lo que este libro arroja un rayo de luz a las incógnitas orientales. 

Su autor, Hermann Keyserling, fue un filósofo muy avanzado a sus tiempos. Mientras muchos coetáneos viajaban por placer o para descubrir la cultura o la historia del lugar, él se vio en la necesidad de realizar un viaje espiritual para descubrirse a sí mismo y para desarrollarse. Quería llegar a comprender las distintas visiones del mundo, especialmente en materia de religión, como mencionábamos antes. En plena Primera Guerra Mundial, sirviéndose de su condición de aristócrata y, por ende, de su tenencia a mucha riqueza, se embarcó en un viaje que le ayudó a adentrarse al mundo de Oriente y a estrechar las por entonces grandes diferencias entre los dos mundos. 

La influencia de este libro fue tal, que muchos escritores, artistas o pensadores quisieron conocerlo, en especial Stefan Zweig, quien quedó sumamente maravillado tras coincidir con él. En el año 1930 el filósofo nacido en Livonia realizó un encuentro cultural en España que causó las delicias de grandes autores como Pío Baroja o Ramón Gómez de la Serna, quien llegó a decir que era <<el último mito de Occidente>>.

Hermann Keyserling siempre estuvo muy vinculado a la sabiduría y al conocimiento. A propósito de ello, en 1920 fundó la "Escuela de la Sabiduría", que el gobierno nazi posteriormente cerraría. También estuvo muy vinculado a las letras: aparte de "Diario de viaje de un filósofo", también publicó obras como "El conocimiento creador" o "Presagios de un mundo nuevo".

Cristià Serrano