Después de ti, nadie

Opinión:

Pasión. Si tuviera que elegir una sola palabra dentro de todas las que componen nuestro idioma, ésta sería la que más se ajustaría para definir este libro.

Pasión por los géneros literarios, ya que, pese a estar etiquetada como novela romántica, esta obra transciende los géneros y a la vez se nutre de varios ellos. Aunque es evidente que el eje vertebrador de la obra es el encuentro y enamoramiento entre Elena, una tasadora de arte que ha conseguido un cierto éxito laboral tras años de duro trabajo, y Luis Rodríguez de Alcázar, un vampiro de más de ochocientos años que es uno de los referentes dentro de la sociedad vampírica. El thriller toma fuerza cuando se nos muestra esta sociedad vampírica, llamada VITERNA, las disidencias y luchas de poder de las distintas facciones, arrastrándonos en una concatenación de sucesos que no nos dejarán soltar la novela hasta que la hayamos acabado.

La trama se sustenta sobre unos fuertes y contundentes pilares de novela histórica, donde nos remontaremos desde la actualidad hasta el siglo XIX, pasando por la Segunda Guerra Mundial y el expolio nazi de las obras de arte en Francia. Es en este punto donde ficción y acontecimientos históricos se fusionan dándonos algunos de los momentos más brillantes, como es el caso de la aparición de Picasso o del marqués de Salamanca, que no hacen meros cameos, sino que son personajes sólidos, con un peso específico en la obra y absolutamente fieles a los personajes históricos reales.

La novela rezuma otra pasión, la pasión por el arte. Es especialmente gratificante el recorrido efectuado por el arte moderno, y en especial de la obra de Picasso y como vamos redescubriendo las claves que atesoran las obras de este genio.

Pero la verdadera pasión que late dentro de esta novela es la pasión por la vida. La lucha por vivir al lado de quien amas. El que tu vida tenga sentido aunque para ello debas dejar el supuesto don de la inmortalidad. El derecho de una muerte digna, porque ello es la mayor defensa de la vida posible. Esta lucha propugnada por nuestro coprotagonista Luis y por el médico vampiro Rafael, está perfectamente personificada en el viejo vampiro Dimas. Éste es uno de los hilos argumentales más emocionantes, conmovedores y fascinantes del libro, ya que el vampirismo, y con ello la inmortalidad, se presenta como una enfermedad, la cual puede tener cura, y el proporcionar la libertad de elegir curarse o no, de vivir o estar muriendo eternamente, es la esencia de la obra, lo que enfrenta a las facciones de VITERNA, y lo que une y separa a Elena y a Luis.

Porque la única forma real de vivir más allá de la muerte es por medio del Arte. El Arte con mayúsculas, el Arte que emociona generación tras generación, el Arte que apasiona al ser humano independientemente de cuando y donde viva. Y esta novela tiene un buen pedazo de ese Arte.

J. Fidel Insúa