desmontando wikileaks

Opinión:

El autor de El imperio invisible, La verdadera historia del Club Bilderberg o La historia definitiva del Club Bilderberg se adentra en esta ocasión en las entrañas de Wikileaks para formular su hipótesis: Wikileaks y Julian Assange formarían parte de un complot de espionaje gubernamental a largo plazo. ¿Increíble? Bueno, pasemos a ver las “pruebas” que el ex espía pone encima de la mesa…
 
Lo primero que hace Estulin es analizar de dónde provienen los fondos de Wikileaks y los halla, precisamente, en un lugar sorprendente: los escalones más elevados de las élites dirigentes y los más importantes políticos republicanos. A partir de este punto, la duda, la sospecha y la teoría conspirativa se apodera de nosotros y le damos, tranquilamente, la mano a Estulin para proseguir con el viaje.
 
Sin casi realizar una parada para respirar, los nombres, cifras y fechas van pasando ante nuestros ojos: Nuevo Orden Mundial, Rockefeller, Freedom House, los enemigos de EEUU, la Operación Sinsonte, la CIA… Tememos habernos convertido en una presa fácil de la campaña propagandística de la élite mediática que nos ha infiltrado un caballo de Troya muy bien envuelto con papel de regalo pero que hiede a manipulación y a conspiración. Definitivamente, ya nos hemos lanzado a los brazos del príncipe salvador para que nos rescate de la torre y nos explique la verdad oculta tras las seductoras mentiras del Orden Mundial.
 
El autor, además, publica datos secretos e incluso mails (que asegura que son verídicos) para dotar de mayor verosimilitud todavía a su relato. Sin duda, Estulin sí que nos cuenta la verdad, pensamos. Y, para aquellos que todavía tuvieran algún reparo en creer la versión del autor, nos revela la verdadera historia del Watergate, de la guerra de Afganistán, de Bin Laden, del 11 S… y detrás de todo, como siempre, está la CIA y los verdaderos dirigentes del mundo, que viven siempre en las sombras y que no necesitan las campañas electorales para ostentar el poder con mayúsculas.
 
Ahora sí que ya no queda espacio posible para albergar la más nimia duda, Daniel Estulin resulta creíble y veraz; y, ciertamente, Wikileaks no es nada más que una tapadera que oculta una agenda secreta y peligrosa de la inteligencia americana para acabar controlando Internet y el ciberespacio. Por lo que no podemos confiar en Assange ni en Wikileaks. La herramienta del pueblo se ha convertido en una herramienta más del poder para someternos y hacernos creer ciegamente. Los poderosos, una vez más, detentan todo el Poder y no hay nada que escape a sus terribles garras.
 
No obstante, si damos por bueno todo lo relatado por Estulin, nos asalta un problema, una pieza que no encaja… Si todo lo que el autor cuenta es verdad, ¿cómo es posible que la inteligencia norteamericana permita que esto se ponga en negro sobre blanco y se haga público? ¿Cómo puede ser que las agencias internacionales desconozcan que Estulin, el revelador de los secretos del Club Bilderberg, ha revelado todos los secretos de la conspiración que se ocultaban tras la fachada de Wikileaks y lo ha publicado en España el sello Bronce perteneciente al Grupo Planeta? Algo chirría… Y ese algo es que Estulin fue miembro del contraespionaje de la KGB. Un experto en espionaje que denuncia las maniobras de la inteligencia estadounidense y occidental contra Rusia y sus aliados no puede resultar creíble sin poner sus ideas en barbecho unos minutos.
 
Con todo, mi impresión personal es que la siguiente: o bien lo que narra Estulin en su libro son medias verdades y mentiras disfrazadas para culpar a los enemigos que había tenido siempre desde que era un miembro activo de la KGB; o bien lo que narra es (relativamente) verdad, pero la inteligencia norteamericana sabe que sólo será pasto para los feligreses de las teorías de la conspiración, sin mayor trascendencia en la opinión pública.
 
En resumen, el libro me ha parecido bueno, pero me ha dejado en el paladar ese regusto de incredulidad que todos tenemos cuando un vendedor nos quiere hacer creer que su producto es el milagro que andaba esperando la Humanidad. Con total seguridad en el libro de Estulin habrá parte de verdad y parte de exageración, mentiras y difusión interesada de ciertas informaciones; pero creo que el libro tiene un enorme mérito: hacernos dudar de las “verdades oficiales” que nos suministra cada día la prensa. Esta obra se erige en el adyuvante imprescindible para pasar por el tamiz toda información que recibamos, venga de donde venga, puesto que no existen los dogmas, ni las verdades oficiales ni los actos de fe en el siglo XXI. Toda información defiende (velada y secretamente) los intereses de alguien y todo puede (y debe) ser cuestionado sin caer en la conspiranoia absoluta. En un universo tan hiperinformado como el nuestro, en el que tenemos cualquier noticia a un solo click, debemos ser capaces de desgranar la pólvora, de separar el polvo de la paja, para edificar una versión propia de lo que ocurre en el mundo, sabiendo que nada es definitivo y que, como ciudadanos de a pie, nunca tenemos todas las piezas del puzzle… sino, siempre nos quedará el recurso de vivir en la inopia de meros ciudadanos consumidores que habitan el Reino de la Veleidad y la Ataraxia.

Jordi Llavoré