Déjame entrar

Opinión:

Anika Lillo

Llegué a "Déjame entrar" después de leer "Puerto humano" y sabiendo, únicamente, que era un libro muy recomendado. De hecho fue uno de los recomendados del año de Anika Entre Libros. Desde entonces quería leerlo pues lo tenía en un estante, pero antes vi la película. Decidí no volver a verla con el fin de no recordar detalles y así leer el libro con la mínima influencia cinematográfica, únicamente me quedé con los ojos de Eli, algo que me vino bastante bien a la hora de ponerle un físico. De la película -americana- puedo decir que aunque está bien, se pasan con el punto yanqui, tanto que parecen hacer creer que es invención norteamericana -de hecho quienes tengan poca idea de literatura pueden creer esto, y eso que existe la versión sueca-, y también que está excesivamente edulcorada, demasiado censurada, digna de un país puritano. El libro, en este caso, le pega mil patadas porque es mucho más crudo, más terrorífico. La relación entre Eli y quien Oskar cree que es su padre, así como el origen sexual de Eli en la película ni se toca, y en el libro además de esencial, es brutal.

Y lo que he descubierto leyendo "Déjame entrar" es que libros como éste me reconcilian con el mundo vampírico que, generalmente, no me gustan nada. Es cierto, como se ha dicho, que John Ajvide Lindqvist tiene una forma muy personal de narrar, y a mí me ha gustado. Y también me gustan los autores que saben contar historias distintas dentro de un mismo género e incluso cambiar lo suficiente como para saber que no estás leyendo el mismo libro, y el autor sueco cumple muy bien esta función si tenemos en cuenta los dos libros nombrados (de hecho en "Puerto humano" la propia isla es un personaje en si, cosa que no ocurre en "Déjame entrar")

Me ha hecho mucha gracia sus alusiones a España y al español (tanto en "Déjame entrar" como en "Puerto humano"), elementos estos que en la película borran directamente para hacerla más americana.

En la novela he visto escenas mucho más terribles, horrorosas y dolorosas de las que vi en la película. Sé que es lo habitual, que el cine nunca explota lo suficientemente bien la novela de la que saca la historia, pero es que en este caso se omiten cosas importantísimas. El resultado, como decía antes, a pesar de bueno es light. Me repetiré pero… si no has leído el libro, hazlo. Comprenderás.

Resulta en ocasiones desgarrador, y si acabas sintiendo simpatía por Oskar (ese adolescente maltratado que, no obstante, tiene cierta ludopatía y una obsesión increíble por los psicópatas), por Eli llegas a sentir admiración. Admiración vampírica, claro está, porque no se puede admirar a quien mata, pero el caso de Eli es… otra cosa, y todos conocemos la pirámide: sobrevive el que come, y Eli quiere seguir viviendo.

La relación de Eli y Oskar es fascinante porque Eli lo es. El autor juega con una ambigüedad en el personaje de Eli que resulta maravillosa: de pronto importa poquísimo si Eli es chica o chico porque lo que transmite, el amor, es lo único que acabas viendo.

La parte de terror, que la hay, obviamente, es tanto la que se refiere a momentos vampíricos como los que tienen que ver con el personaje de Hakan, el hombre que vive con Eli. Y el caso de Virginia (mordida por Eli) es demoledor porque puedes ir sintiendo con ella todo el proceso, algo que en la película casi se ve de soslayo. Su final es brutal.

Muy, muy recomendable, yo también lo tengo entre los mejores del año, sea cual sea el año.

Anika Lillo

MrRorschach

"Déjame entrar" es una propuesta de terror poco al uso. Los personajes protagonistas son jóvenes preadolescentes, pero están envueltos por una serie de circunstancias difíciles de asimilar. La primera sensación que me dejó su lectura fue que el ambiente en el que transcurre su historia de vampiros me resultaba familiar. El pequeño pueblo/suburbio sueco podría ser un pueblecito en Maine, y las historias de sus habitantes se despliegan con las mismas referencias anecdóticas del primer Stephen King (Carrie, La zona muerta, Ojos de fuego...). El Stephen King que, a mí, más me gustó.

Sin embargo, no es justo limitar la crítica a esa definición. Como digo, la mayor intensidad del relato gira en torno a conductas humanas, sí, pero difíciles de asimilar por el común de los mortales. La historia usa a un pedófilo y criminal en serie como hilo conductor inicial, y desde allí pasaremos por el joven acosado por sus compañeros de clase, los borrachos que malviven gorroneando una copa, el delincuente juvenil incapaz de aceptar una nueva figura paterna, y Eli. Eli, la criatura causante, en mayor o menor medida, de cada una de las tragedias que van a asolar ese pedacito de Suecia.

A pesar de lo que parezca, "Déjame entrar" no es una obra redonda. A mi parecer, falla al dejar por sobreentendidos elementos del origen de los vampiros. Algo importante, ya que su concepción del mito vampírico, sin alejarse radicalmente del clásico, pretende innovarlo bajo la premisa de que es una enfermedad. Una infección.

Hay que reconocer que el autor consigue mantener la tensión en un nivel aceptable, aunque tengo que reprocharle la precipitación con que resuelve el final del libro, comprimiendo la resolución de todas las tramas en las 50 últimas páginas. Las líneas argumentales convergen a la vez de modo trepidante, por no decir atropellado. Aún así, no deja de ser un relato recomendable para los lectores aficionados al género del Terror.