Deja en paz al diablo

Opinión:

El agente retirado David Gurney vuelve a protagonizar otra terrorífica historia seis meses después del final de la anterior, en la que resultó herido de consideración. Y es que decir que David Gurney está retirado es casi una broma del destino, pues éste parece empeñado en hacerle volver a su trabajo en cada oportunidad que se le presenta.
 
En esta ocasión, alguien le pide un favor en apariencia banal: que le eche un vistazo al trabajo de una joven sobre un asesino en serie, y que la asesore y la guíe. Y Gurney, que se aburre y que debe además soportar las silenciosas recriminaciones de su esposa, acepta, sin saber que acaba de poner en marcha un peligroso mecanismo de resultados impredecibles.
 
La pluma de John Verdon vuelve a brillar aquí como ya lo hiciera en su famoso primer trabajo, "Sé lo que estás pensando". A medida que asesora a la joven, va descubriendo más información sobre un caso que, diez años después de los hechos, aún está abierto. Y cada pedazo de historia revela un sinfín de incógnitas que el detective necesita desvelar.
 
A medida que se van revelando las sucesivas capas de información, el autor nos va envolviendo en la trama, atrapándonos en sus recovecos y manteniéndonos pegados al sillón con los hombros tensos y los ojos muy abiertos. Y es que John Verdon se ha convertido en un maestro a la hora de crear suspense, con historias elaboradas y rocambolescas, bien resueltas y bien trazadas. Aquí no hay nada fácil, ni predecible. El lector se ve obligado a no perder detalle, a meterse más y más en un caso que, una vez cierre las páginas del libro, atormentará sus noches.
 
Quizás el punto débil de Verdon sean sus personajes, comenzando por el protagonista, un estereotipo ya un poco gastado y, en esta entrega, la joven periodista, una chica aparentemente fuerte e independiente que se hace cargo de un proyecto que le viene demasiado grande y que no tarda en demostrar su verdadera personalidad.
 
La prosa, como siempre, es fabulosa, rica en matices, fluida, cuidada, con buenas descripciones y excelente atmósfera.
 
Le va a costar trabajo a John Verdon superarse a sí mismo, porque es poco probable que vuelva a sorprendernos con un trabajo como el de su primera novela, pero sigue intentándolo, para regocijo de sus lectores. Mientras lo consigue, nos regala novelas entretenidas y vibrantes, capaces de robarnos el sueño durante un par de noches. 
 
Pilar Alonso Márquez