Dad y se os dará

Opinión:

"Dad y se os dará" es el caso número 31 de la serie Brunetti, escrita por la estadounidense Donna Leon. Para mí, es el segundo libro que leo de la autora y no tengo base suficiente para poder comparar. No sé qué es lo que pensarán los seguidores del comisario de la novela, si es mejor o peor que otras, pero por mi parte comentaré qué me ha parecido esta.

La historia se desarrolla en Venecia y una singularidad es que nos describe una ciudad triste y apagada por los efectos de la pandemia. Una Venecia con pocos turistas y muchos comercios cerrados. Durante la narración no faltan las alusiones que hace el comisario a las nuevas conductas que han adquirido las personas con el paso del virus. Evidencia actos como abrir las ventanas aunque haga frío, o cómo la gente guarda la distancia de seguridad y evita tocarse. Los amigos ya no se dan besos ni tampoco abrazos, y a Brunetti se le percibe nostálgico, parece que echa de menos la humanidad tierna y cariñosa de antes.

La trama se fundamenta en la investigación que Brunetti inicia junto con tres compañeros; la comisaria Griffoni, el inspector Vianello y una secretaria muy competente conocida como la "signorina" Elettra. Se podría decir que es una investigación de "teclado", salvo alguna que otra entrevista, lo que averiguan es por medio de los datos y rastros que todos dejamos por internet. Me llamó la atención, al inicio del libro, cuando su vecina Elisabetta le pide ayuda y Brunetti trata de interrogarla para intentar hacerse una idea de lo que pasa, que el diálogo es muy forzado, le cuesta decir lo que sabe, como si en vez de haber ido de forma voluntaria la hubieran llevado obligada a declarar. La narración es lenta, pero el proceso de investigación es interesante y la lógica de las averiguaciones la hacen creíble, aunque se deduce fácil como será el final.

En la trama se observan inquietudes como, por ejemplo, el conflicto que tiene el comisario con la lealtad que siente hacia Elisabetta, solo porque la madre de ella se portó bien con la suya. Su propio comportamiento le produce dudas éticas al actuar y hacer actuar a sus compañeros de espaldas al reglamento, incumpliendo las normas y poniendo en riesgo sus trabajos. Otra idea interesante que subyace en la historia es la del egoísmo disfrazado de altruismo. Esa trampa, inconsciente o no, de querer ayudar a los demás, pero que en realidad quien se está beneficiando es uno mismo.

Brunetti es un comisario culto y durante toda la novela esa cultura se hace presente, comentando libros, autores y obras de arte. La erudición del comisario se complementa de forma perfecta con la de su mujer Paola, que es profesora de filología inglesa en la universidad. Acorde con el protagonista, el libro está muy bien escrito y la lectura es agradable.

Los admiradores del comisario Brunetti, por supuesto, la tienen que leer, y para el resto, lo que van a encontrar es una novela entretenida, culta y bastante interesante.

M. Zeta