Cuentos para educar con inteligencia emocional

Opinión:

Clara Peñalver y Sara Sánchez en "Cuentos para educar con inteligencia emocional" han creado un método claro y rápido de gestionar las emociones de los niños y de los padres al mismo tiempo. Se basan en estudios psicológicos, en la programación neurolingüística y en la inteligencia emocional. Lo denominan el método Habitación Sellada.

Clasifican a los niños en: pequeñas mentes pensantes, pequeñas mentes energéticas, pequeñas mentes comprensivas y pequeñas mentes radiantes. Al mismo tiempo les asignan un color diferente a cada grupo. En realidad, juegan con las emociones y los colores logrando que se comprenda mejor el carácter de los niños. De este modo se sabe qué tipo de cuento necesitan, qué hay que reforzar en el niño y qué personajes hay que crear para que el niño aprenda.

El objetivo del libro es ser capaces de crear unos cuentos apropiados para cada niño que, mediante metáforas y diversión, haga comprender al niño todo aquello que le de miedo, por ejemplo, y aprenda.

Aunque parezca complicado es un método bastante sencillo, y pone al alcance de cualquier padre una fábrica de cuentos a medida. Puede enseñar a los padres a enfrentarse a las emociones de sus hijos y a resolverlas.

El libro cuenta con ilustraciones a color a lo largo de todo el libro. Los esquemas explicativos también están realizados con colores y, además, también lleva una serie de cuentos como ejemplo de cómo crear la historia, los personajes y el objetivo al que se quiere llegar.

En mi opinión, es un método que la autora ha extraído tras muchas horas de lectura y de análisis. Es una síntesis de diversos métodos, o corrientes, y que puede ser muy útil. Me parece que es una buena herramienta y que además de utilizarse con los niños se puede utilizar para crear personajes de cualquier tipo. Por otro lado, pienso que es un libro más enfocado a los padres que a los niños. En un primer momento puede servir a los padres para educar a sus hijos cuando están en edad de que les cuenten cuentos y, más adelante, se puede utilizar por los hijos a la hora de crear sus propias historias.

Ana Machancoses