Cuentos de la Taberna del Ciervo Blanco

Opinión:

A veces la vida nos lleva por derroteros impensables: situaciones, momentos, cruces de camino. El caso es que en la Taberna del Ciervo Blanco se reúne una diversidad de personajes -cada uno con un amplio curriculum en su área-, que da pie a que surjan tertulias llenas de novedades, historias inverosímiles y algún que otro fantasioso suelte algún cuento que deje a unos cuantos con la boca abierta.

En la vida, volvemos a retomar el hilo, sucede lo mismo… casi todos tenemos algún amigo fanfarrón que pretende hacernos creer que su vida es un constante flujo de momentos increíbles: viajes, ligues, premios, profesión, vida social. En el área que sea, siempre hay alguien que nos recuerda que no eres tan afortunado como pareces. Y sin embargo, lo eres, pese a quien le pese.

La Taberna es un símbolo de aquello que parece ser un ingrediente más que indispensable en la vida: el contacto. Necesitamos decirnos cosas, comunicarnos, soltar lo de dentro, para que no se quede rondándonos la vida entera.

Es un momento de intimidad, en torno unas copas, en la barra de una taberna centenaria y con mucha historia. Personajes habituales que pasan todos los días para oír algún relato maravilloso -entendiendo este concepto a lo que resulta contrario a lo cotidiano-, para escapar de la rutina, para salir con algo en la cabeza y comentarlo con otros. O no. A veces, incluso, los propios relatos parecen llevar un sello indeleble de confidencialidad, que no parece desear salir de las cuatro paredes de la taberna.

Y sin embargo, los tenemos aquí. Inspirado en otra taberna, en otras personas y otras temáticas, la creada por Clarke tiene vida propia, se nutre de la fantasía y de la ficción, sin este ingrediente, la misma no tendría sentido.

Como en la vida, cuando falta algo esencial, todo se ralentiza y pierde un poco el norte. Sus contertulios le dan vida y crean una atmósfera única, que hace que este libro se convierta en un feliz compañero de viaje o de alcoba. Sea donde sea, allí donde lo lleves, llevarás a todo un grupo de personajes excepcionales, vívidos, que desearán susurrarte sucesos que cuando le des la vuelta a la última página, te quedará un sabor de boca lleno de nostalgia. Tenlo a mano, volverás a caer en la tentación de volver a entrar en la taberna del Ciervo Blanco, porque releerlo es volver a oír esas voces, el aroma a tabaco, el sonido de las copas chocando entre sí y, sobre todo, relatos, relatos que te transportarán a otra época, pero con el mismo sueño nostálgico de un futuro que no llega aún.

Carol Inabé Barba