Cuentos de amor, estrellas y almas gemelas
Título: Cuentos de amor, estrellas y almas gemelas
Título Original: (Cuentos de amor, estrellas y almas gemelas, 1991)
Autores: Enrique Barrios, Eliana Judith Temperini
Editorial:
Sirio
Colección: Biblioteca Enrique Barrios
Copyright:
© Ilustraciones de Eliana Judith
Temperini
© Enrique Barrios, 1991
© Editorial Sirio, S.A., 2009
Ilustraciones: B/NEdición: 1ª Edición, Enero 2009
ISBN: 9788478085989
Tapa: Blanda
Etiquetas: amor superación new age espiritualidad misticismo relatos cuentos literatura chilena
Nº de páginas: 139
Argumento:
Después de sus grandes éxitos de la saga
Ami, el autor Enrique Barrios nos ofrece once cuentos
relacionados al amor.
La nostalgia por al ausencia, la predestinación del encuentro con
nuestra alma gemela, el humor y la fantasía se mezclan aquí con la
utopía de fraternidad terrestre y cósmica que también aparecía en
Ami, el niño de las estrellas. Las distancia siderales en espacio y
tiempo no son un obstáculo insuperable para la fuerza del amor. La
infelicidad de la Tierra podría no ser para siempre, gracias a esa
misma fuerza.
Opinión:
En opinión de Enrique Barrios el alma gemela o media
naranja es aquel hombre o mujer con la que nos sentimos
interconectados de una manera especial, física y espiritualmente.
Dios creó al ser humano como un todo y le insufló de vida; luego lo
dividió en dos y cada una de esas dos partes se reencarnó en dos
seres diferentes destinados a evolucionar en vidas separadas. Por
eso nuestra alma perfecta existe en alguna parte de este inmenso
Universo y estamos predestinados a encontrarla.
La mayor parte de los cuentos incluidos en este libro intentan
apoyar esta teoría, que en realidad no es tan original. Ya en la
Grecia Clásica, Platón habló largo y tendido sobre este tema en uno
de sus más famosos diálogos, "El Banquete o del
Amor". Pero su discurso es mucho más amplio ya que no
sólo explica el porqué del amor entre hombre y mujer, sino también
entre mujer y mujer y entre hombre y hombre.
Supongo que lo importante es trasmitir unas enseñanzas y unas
ideas, es decir no creo que Enrique Barrios quiera ganar el
Nobel ni nada por el estilo. En ese sentido creo que este libro
puede conectar con mucha gente. De hecho, sé que los tipos de
lectores que suelen comprar estos libros son personas que poseen
una creencia muy firme en todos estos temas espirituales. A ellos
le sirven y les ayudan a seguir adelante. No importa demasiado si
están mejor o peor escritos sino las ideas que cada lector puede
entresacar de su lectura.
Pero si tengo que ser sincero ninguna de las historias incluidas
en este libro me ha resultado suficientemente estimulante o
motivadora. Esto lo digo porque Ami, el niño de las
estrellas, me gustó mucho más. Esto fue así porque
las andanzas de Pedro y su amigo extraterrestre eran bastante
entretenidas y por eso el libro me dejó un buen sabor de boca.
Evidentemente, los objetivos de aquel cuento son idénticos a los de
este libro: defender el poder del amor como motor universal que
mueve el mundo, algo con lo que sí que estoy bastante de
acuerdo.
Otra reflexión interesante que aporta la lectura de estos cuentos
tiene que ver con la necesidad de conseguir que amar a una persona
no sea una necesidad sino que surja a partir de nuestra propia
capacidad para ser libre y auto-independientes, de querernos
nosotros mismos primero para poder amar a los demás, afirmación con
la que comulgo desde hace bastante tiempo.
Me quedo por tanto con algunas ideas sueltas que sí me han
parecido interesantes y que he desarrollado a lo largo de esta
reseña… pero poco más. Convencerán básicamente a todas aquellas
personas que estén previamente persuadidas de semejante teoría,
motivarán a otras a volver a cuestionarse y cambiar las creencias y
opiniones que tenían sobre este tema hasta este momento, animarán a
aquellos/as que piensan que se van a quedar solteros/as para toda
la vida haciéndoles creer que el amor perfecto existe y que además
están predestinados a encontrarlo algún día y provocarán, como es
mi caso, una sonrisa escéptica y divertida en todos aquellos que
preferimos ver la cosas de modo un poquitín más realista o que
pensamos que la vida nos la vamos construyendo nosotros mismos, día
a día, a base de esfuerzo y autosuperación, que nadie va a venir a
solucionarnos las cosas ni aquí en la Tierra ni desde el espacio
sideral.
Joseph B Macgregor
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Comentario de los lectores:
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