Cuando reescribamos la historia

Opinión:

Leer a Belén Martínez es un verdadero placer porque, además de disfrutar de su exquisita pluma, no deja de sorprenderme. Y es que esta novela que en apariencia parece sencilla es brutal por todo lo que transmite y, sobre todo, por cómo lo hace. Es inevitable ponerse en la piel de los personajes y sentir con ellos. He quedado maravillada, a pesar de la dureza de la trama.

"Cuando reescribamos la historia" se nos presenta como una novela juvenil con un bonito lavado de cara en la portada. La edición por parte de Puck es preciosa y entra por los ojos, pero la historia, repito, es brutal en todos los sentidos.

La novela arranca con Julen de adulto. Han pasado 10 años desde que terminara el instituto y está a punto de acudir a una cena de antiguos alumnos. Una luna de sangre corona el cielo mientras se produce el reencuentro entre los compañeros.
Un sueño extraño, un diario y una muerte. Julen tratará por todos los medios de evitar el fatal desenlace, pero ¿podrá reescribir la historia?

Después de ese extraño sueño, se produce un salto de tiempo importante y conocemos la vida de Ibai y Julen en el instituto. Eran inseparables de niños, pero algo ocurrió y los distanció. Ese "algo" pululará a lo largo de la novela y, aunque desgraciadamente descubrí de lo que se trataba demasiado pronto, tenía la esperanza de estar equivocada. Quienes lo leáis, sabréis a qué me refiero.

Veremos a Julen luchando por acercarse de nuevo a Ibai, y cada intento traerá consigo un cambio en su futuro. Nuevas relaciones y problemas, pero también aliados inesperados.

Ibai es un personaje complejo, con una problemática que la autora refleja a la perfección. Ha habido momentos en los que he sentido mucha rabia e impotencia, y desde luego tengo claro que esa era su intención, que ese mensaje de denuncia llegara a sus lectores.

Temas como el valor de la amistad, las segundas oportunidades, el racismo, la homofobia o el bullying también están presentes, además de otras problemáticas adolescentes que dan mucho juego y que rebajan ese tono más tenso y serio de algunos momentos. Considero que es una muy buena lectura para los jóvenes porque podrán identificarse con alguno de los personajes, pero, sobre todo, por los valores que transmite.

Oliver ha sido mi debilidad. Este chico serio, seco en ocasiones y parco en palabras, se va abriendo, y es muy bonito presenciarlo. Julen, sin pretenderlo, va influyendo en las personas de su entorno. Tiene un aura que cautiva.

La trama engancha desde la primera página y los personajes se convierten en amigos con los que ríes y lloras; son de esos que calan hondo.

"Cuando reescribamos la historia" nos muestra la cara más fea de la humanidad, pero también la más amable.

En definitiva, es una novela conmovedora, y me atrevería a decir que de lectura obligada; un canto a la amistad, al respeto y a la diversidad.

Muy, muy recomendada.

Mónica CZ