Cuadernos. Volumen I

Opinión:

Este extraordinario pensador fue una fuente de inspiración de otros filósofos o escritores como Nietzsche, Tolstoi, Canetti, Kierkegaard, Goethe, Schopenhauer, Wittgenstein, Auden, Musil, Freud o Júnger, entre muchos, que aprovecharon sus perlas de sabiduría, de irónica distancia moral con una realidad manifiestamente mejorable, de fogonazos de lúcida advertencia sólo conocidos tras su muerte al publicarse sus ya muy famosos "Cuadernos".

Además, estas anotaciones de este sabio son un retrato perfecto de las inquietudes de una época asomada a grandes descubrimientos científicos, en un tiempo de exploraciones en beneficio de un meritorio empequeñecimiento de la Tierra, a la emergente revelación de una curiosidad dispuesta a cambiar la percepción del mundo conocido, a la bienvenida histórica a una razón enemiga de supersticiones (cuyos ecos aún alcanzan nuestros días…), que, como él mismo escribió mucho mejor, "querer deducir algunas cosas a partir de la sabiduría de Dios no es mucho mejor que hacerlo a partir del propio entendimiento".

Como ya señalé en otra reseña sobre la espléndida edición de Hermida Editores del segundo volumen de estos Cuadernos, esta editorial vuelve a ofrecernos con esta edición del primer volumen más sobre este increíble personaje y sus demoledoras oleadas de lúcida realidad, las mismas que nos provocan sonrisas al tiempo que nos confirman nuestras peores intuiciones sobre la estúpida y enervante soberbia humana.

Unos "Cuadernos" de Georg Christoph Lichtenberg que deberían ser de lectura tan urgente como obligada, no sólo para personas inteligentes y libres de prejuicios, sino especialmente para personas de oscuro entendimiento y espeso razonar, para que puedan tener una oportunidad de comportarse con algo más de sosiego, incluso para ser probablemente más felices, porque es bastante cansado pasarse la vida odiando, despreciando y negando, cuando hay tanto diferente y desconocido por descubrir y gozar.

Unas notas de un personaje fascinante, aparentemente desordenadas, incluso atropelladas en una sucesión de reflexiones o estados de ánimo, que hoy nos deslumbran con su rabiosa actualidad y vigencia, con su implacable desdén por la ignorancia o la vana suficiencia, por su afanoso relativismo contra honores y privilegios, por su colosal cultura que él hace descender sobre cualquier hecho cotidiano que le invite a una idea o sensación.

La vida e ideas que hoy nos permiten leer de un auténtico personaje, que fue afortunadamente gobernada por una firme voluntad, por una sola premisa, por un radical empeño: "adonde me lleven mi destino y mi coche".

Jorge Riet

Leer reseña "Cuadernos II"