Crimen contra la humanidad. Una novela que salvará vidas

Opinión:

No es extraño que en las novelas del citado autor encontremos alusiones a temas sociales, políticos o económicos, casi siempre de actualidad (poder es poder, y la corrupción va ligada a él, digan lo que digan). Para aquellos lectores que disfrutan destripando los entresijos de las instituciones y las noticias que salen en los diarios, tienen en Vázquez-Figueroa a un escritor que no se deja amilanar ante proyectos internacionales ni tampoco ante las bien escogidas palabras que algunos utilizan para quitar importancia a hechos terribles y de trascendencia humana que cada día desfilan ante nuestra atención despistada, envuelta en seleccionar lo mejor de las banalidades y que solo se maneja en lo superficial; nos reconforta que una narración pleitee y acuse con astucia a esos ególatras y ambiciosos, con el uso directo de una prosa asequible.

En esta trama en la que una simple colilla es el punto de partida para que conozcamos a fondo cómo toman algunas decisiones nuestros políticos y mandatarios o empresarios (¿no son casi siempre los mismos?) no deja aparte temas sugerentes y que están en boca de todos: tabacaleras, emigración, farmacéuticas, conflictos bélicos y la relación existente entre ellos. Una tela de araña en la que tienen cabida las formas y modos más insospechados.

Ya entrando en materia sobre la obra, en su tendencia feminista señala con el dedo la situación social tan injusta que vive la mujer en esta sociedad, y ello sin descartar cultura, continente o país, rodeándose de protagonistas femeninas dotadas de un carácter decidido e independiente (además de poseer una indiscutible feminidad).
Han de tomar nota del personaje de Sandra, que acapara en el relato tanta atención como su papel de actriz le presupone, con una personalidad cautivadora.

Y respecto a su lectura puedo constatar su agilidad, un contínuum que se basa en introducir diálogos que la hacen dinámica, y que ajusta con acierto con una trama rebuscada pero del todo creíble, para quienes no les gusta perderse en los detalles ni en las descripciones, pero sí moverse en diversos escenarios superpuestos, tanto interiores como exteriores y tan dispares entre sí como lo son la alfombra roja de Cannes o un barco pesquero cargado de sicilianos.

Atrevida, denunciante y resuelta, no dejará indiferente a los más flemáticos.

Saray Schaetzler