crecer es un oficio triste

Opinión:

Roncagliolo nos muestra nuevamente una dura realidad: la del Perú de los ochenta, afectado por la crisis económica y los atentados de Sendero Luminoso. Y en medio de este contexto, un niño -o varios- que se enfrentan a su lucha personalizada por crecer. Parece que sobra cualquier comentario cuando el propio autor ha logrado resumir toda esa esencia en un acertadísimo título: Crecer es un oficio triste. Apenas cinco palabras que me han llegado profundamente. Leyendo su propuesta, todos recordarán aquellos hechos que vivieron en la adolescencia que les marcaron y que les hicieron pensar por un momento que era muy duro hacerse mayor. O al menos, bastante fastidioso.

En estos cuentos hay historias de todo tipo, y aunque todas llevan un trasfondo un tanto trágico -como viene siendo habitual en la literatura de este escritor peruano-, también hay lugar para el humor, la ironía o la ternura.

Personalmente los cuentos que más me han gustado han sido: Una influencia criminal y El matrimonio secreto. El primero es un maravilloso ejemplo de la importancia de la amistad y los secretos que compartimos con nuestras pequeñas almas gemelas (en el caso de los protagonistas un horrible secreto). Se trata de un relato donde el lector es testigo de la evolución: cómo se conocen, las peleas por intereses distintos y el reencuentro de una amistad imprescindible de recuperar porque como dice el protagonista: “Más de una vez lloré frente a él, porque sabía que podía”.

El matrimonio secreto también nos muestra la evolución y los diferentes tintes que puede adquirir un sentimiento. En este caso el primer amor, o la primera relación seria que se tiene. Es magnífico el grado de complicidad que el lector adquiere, convirtiéndose casi en un voyeur, al ser conocedor de intimidades como esta: “No los seguimos usando [los preservativos] por el olor. En vez de oler a ella, a la mañana siguiente olía a plástico”.

La novela es un decálogo sobre la pérdida de la inocencia cuando, irremediablemente, nos hacemos mayores. Según Santiago Roncagliolo se ha basado en sus propias experiencias y en la de sus amigos de la infancia, a los que pide perdón si sienten que sus vivencias han sido violadas. Aunque Crecer es un oficio triste no es a mi parecer un libro redondo, sino con altibajos. Hay cuentos muy elaborados, y otros que no han sabido impresionarme, aunque eso probablemente sea algo personal y dependerá del grado de identificación de cada lector. Pero al leerlo, probablemente todos recordaremos aquella época en la que empezamos a ser conscientes de que algunas cosas ya nunca serían igual, cuando empezamos a acumular en nuestra piel multitud de vivencias desconocidas y muchas de ellas empezaron a ser dolorosas… En definitiva: cuando empezamos a sentirnos un anciano de 22 años.