Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce & Diario de bar

Opinión:

Más allá de que esta edición cuenta con un prólogo del poeta Porta, en el que describe el trabajo a cuatro manos para estas obras entre él y Bolaño, es difícil distinguir la participación de cada uno porque estas obras "huelen" a Bolaño, se siente su universo literario, su inconfundible estilo, su indudable maestría, pese al carácter iniciático de estas obras en su fecunda literatura.

Sin duda Alfaguara acierta con la recuperación de estas obras, porque ofrecen una visión inapreciable de esos primeros esfuerzos que ya permitían intuir la espléndida carrera creativa que Bolaño iba a desarrollar, además de una espléndida edición con la reproducción facsímil de las notas originales de la obra, junto con unas muy simpáticas fotografías que simulan un encuentro entre los autores y los famosos que dan nombre a la novela.

Un libro, dos obras, en la que se refleja perfectamente la perspectiva vital de Bolaño, su percepción de los marginales, del papel de la violencia en la vida cotidiana, de las tribulaciones del amor en una sociedad que persiste en una hostilidad que convive con la pacífica existencia de sus pobladores, y que por tanto hace de sus habitantes supervivientes precarios.

Ya en esta obra aparece su original técnica creativa, en la que intercala diferentes recursos que se integran en una perfección coral que hace de su obra única. Las obras de Bolaño se leen, pero se leen para ver, para sentir, para sumergirse en esa realidad negra, oscura, compleja, de la existencia, esa que atrapa a personas normales que por mor del relato se ven envueltos en situaciones extremas.

Y en esto Porta aparece como el compañero de juegos literario perfecto, porque demuestran ambos una extraordinaria complicidad creativa, hasta el punto que es imposible discernir el "estilo" de cada uno por separado. Es evidente que esta literatura es para lectores inteligentes, esos que advierten y gozan la complejidad de su obra, de sus innovadoras estructuras y recursos literarios poco convencionales, como las notas a pie de página en una obra de ficció. Unas destrezas narrativas que aportan credibilidad a esa espesura emocional y vital que suele envolver a los personajes de Bolaño, esa en el que la violencia, el crimen, la brutal normalidad en los perfiles de los personajes, el cuestionamiento del orden establecido en una simple acción solitaria, cumplen perfectamente su función de descripción moral de un determinado modelo de sociedad.

Estas dos obras se pueden calificar como verdaderas joyas literarias, a mi especialmente me ha gustado Diario de bar, porque es precisa, contundente, como un poema narrado que expresa una realidad cotidiana alterada por las vicisitudes propias de una situación "noir". Porta en realidad da pocas pistas a pesar de su prólogo, no acaba de dar luz suficiente a cómo fue su proceso colaborativo con Bolaño, pero es mejor que sea así, porque provoca al lector, le obliga a pensar, a escudriñar, a rastrear la genialidad de Bolaño y la evidente calidad literaria de Porta, en unas obras que, a pesar de su brevedad, ya nos regalan el fascinante universo literario de ese genio que fue Bolaño.

Jorge Riet