cómo se cuenta un cuento

Opinión:

Aunque tal esquema pudiera parecer, a priori, poco adecuado para que su trasposición a un libro pueda suponer una lectura interesante, hay que resaltar que el resultado final es sorprendentemente entretenido: desde el punto de vista formal, el desarrollo dialogado –generalmente, a base de frases (intervenciones) cortas, que, además, suelen exponerse en un lenguaje sencillo, casi coloquial en ocasiones, a tono con el ambiente distendido en que se generan- aporta una gran vivacidad y dota al libro de un ritmo muy ágil; y, en cuanto a su contenido, la multiplicidad de puntos de vista, así como el esfuerzo de imaginación de los ponentes (con especial mención para el “profesor Gabo”, quien, asumiendo su rol de promotor y dinamizador del debate, es el único que suele aportar apostillas de corte teórico, así como recapitulaciones globales que ayudan a que no perdamos el hilo de las historias), unidos al hecho de que las historias cuyo alumbramiento vamos descubriendo presentan una notable variedad temática y genérica, consiguen que el libro, sin perder el carácter unitario que le confiere el girar alrededor de un evento particularizado, alcance un grado suficiente de diversidad en su narrar como para que el mismo se nos haga de lectura liviana y agradable sin que ello redunde en merma de su capacidad de inducir a la reflexión y de enriquecernos con las que, a su vez, nos aporta sobre el objeto acerca del que versa, y que no es otro que el de la creación artística (dado que la inmensa mayoría de su contenido –si se exceptúan las alusiones puntuales a aspectos relacionados con la imagen- es aplicable, por extrapolación o analogía, a la creación de narraciones de ficción en general, sea cual sea su soporte).

Iniciativas editoriales de esta índole son poco usuales, algo harto comprensible si partimos de la base de que las mismas siempre son de una viabilidad comercial cuanto menos incierta (y, en este caso particular, podemos contar con la completa seguridad de que sin el señuelo que supone el contar, en su cabecera, con un nombre como el de García Márquez, sería lisa y llanamente impensable): motivo por el cual hemos de congratularnos, aún más si cabe, de que ésta haya podido ver la luz y, con ello, nos brinde un magnífico pasaje para la exploración de esos territorios que, a veces, tan arduos se pueden llegar a hacer (pero que algo especial deben tener cuando algunos somos incapaces de renunciar a adentrarnos en ellos una y otra vez –y no siempre con brújula y linterna...-).