Comedia sin título y El sueño de la vida de Alberto Conejero

Opinión:

Sabemos que García Lorca llegó a proyectar tres actos de la obra dramática que conocemos como "Comedia sin título", en la que el autor granadino pretendía continuar la senda del experimentalismo. No en vano, en las notas conservadas y el acto que tenemos se recoge la intención del granadino inmortal de hacer "un drama social, (…) con intervención del público de la sala y de la calle, donde estalla una revolución y asaltan el teatro." Se trata de una obra en la que el autor trabajaba cuando fue asesinado. Los personajes de la pieza responden a esa moda de la época del arquetipo general, no individualizado: los actuantes son simplemente nombrados como El Autor, Joven, Voz, Criado, en una propuesta teatral de elevado carácter simbólico.

La editorial Cátedra, dedicada desde hace décadas a ofrecer ediciones críticas impecables, dotadas de gran aparato introductorio inicial y comentarios explicativos exhaustivos (en este caso a cargo de Emilio Peral Vega), ofrece un más difícil todavía al incluir en la edición del primer acto conservado el final aventurado por el dramaturgo contemporáneo Alberto Conejero. El autor andaluz ya había trabajado directamente material de Lorca en adaptaciones como "El amor de don Perlimplín y Belisa en su jardín" o la obra original que más fama le ha dado hasta ahora, esa función llamada "La piedra oscura" inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún, secretario de La Barraca, el proyecto teatral universitario que tan honda huella dejaría en Lorca.

El resultado son dos libros completamente distintos, como pueden imaginar: el primer acto original de Lorca y la reconstrucción meramente especulativa de Alberto Conejero, una bien trabajada curiosidad literaria. Del texto de Lorca interesa de manera especial el carácter metateatral de la pieza, con un Autor convertido en personaje afeando al público burgués su actitud cuando acude al teatro, achacándole que no busque más que la diversión fácil y el entretenimiento bobo. Como en "El público", Lorca se encuentra en un momento en el que el teatro autocomplaciente y convencional le parece insufrible, y se muere en deseos de innovar. Piensa que hay un tipo de teatro concreto (el más habitual) que se encuentra en franca decadencia, y al que hay que encontrar otras vías de expresión. Las palabras ofrecidas al personaje del "Autor" en la obra conservada bien pueden leerse como las inquietudes que llevaron a Lorca a embarcarse en un proyecto como La Barraca on el intrincado camino del experimentalismo.

En su aportación textual a la edición de "Comedia sin título", Alberto Conejero no intenta imitar la técnica del maestro, algo que en realidad parece acertado, limitándose a especular con los grandes conceptos trabajados en el acto conservado.

Una curiosidad perfectamente editada y prologada que es regalo para los seguidores más vigorosos del gran Lorca.

Rafael Ruiz Pleguezuelos