ciudad sin estrellas

Opinión:

Si Montse de Paz se ha alzado con el Premio Minotauro 2011 ha sido gracias a su argumento y a una trama elaborada que no ha dejado ningún cabo suelto. No cabe duda de que no le tiembla el pulso a la hora de dirigir a un lector a través de sus páginas en donde combina cierta dosis de filosofía moral con aventuras de realización personal al estilo clásico.
 
Más allá de todo ello, a la novela le falta profundidad y extensión. No son suficientes 250 páginas para poder explicarle al lector toda la complejidad de un mundo futuro con sus nuevas reglas, ni poder entrar en él con la fuerza necesaria. Por eso, en muchas ocasiones tendrá la sensación de que falta algo. Lo que falta es ahondar en el ambiente que recrea las escenas. Algo que la autora ha preferido obviar en aras de la acción, de tal modo que el lector se desubica en numerosas ocasiones no sabiendo dónde se está produciendo esa acción, ni los interlocutores con que cuenta.
 
De otra parte, las novelas dirigidas a un público juvenil (y creo que ésta lo es a pesar de las explícitas referencias que posee sobre el sexo) están escritas con una mayor economía de vocabulario y con cierta falta de complejidad. Sin embargo, se percibe que la autora es capaz de desplegar la complejidad y el buen pulso necesario para una novela de adultos y que, de alguna manera, ha preferido simplificar: personajes, escenarios… Y esa simplificación ha conseguido que la obra carezca de esos toques que podrían hacerla única, diferenciarla de otras obras de características similares.
 
Por otro lado, aplicando esa máxima de la sencillez, se ha rodeado de tópicos que no confieren un sabor original a los personajes: prostitutas de lujo que son iguales a las prostitutas de lujo, malos que son como los malos, y polis que hacen su papel de polis, sin ninguna característica que los haga únicos y diferentes. Eso es algo que el lector no perdonará y menos cuando perciba que la autora dispone de una mano como novelista que podría haberle hecho disfrutar mucho más con su oficio.
 
Si bien algunos personajes actúan conforme al rol que los ha tocado vivir, el padre y la madre del protagonista e, incluso, el propio protagonista, el resto se desdibujan ante la mirada atónita del lector y no logran convencerle. Una tónica general en todos ellos es sin embargo su sobreactuación, como si Montse de Paz necesitara gritar lo que van haciendo sus personajes, pensando que, tal vez, los lectores sean un poco sordos. Igualmente, la autora juega con ventaja y se saca ases de la manga a su conveniencia, sin adelantarle al lector todos aquellos hechos o aptitudes de sus personajes que más adelante serán fundamentales para la historia.
 
Me gustaría dejar constancia en esta reseña del buen trabajo llevado a cabo por la editorial. Minotauro nos ha presentado un volumen con sobrecubierta y un diseño de portada digno de las obras clásicas. Sin olvidar, por ello, cuidar sus interiores hasta el punto de que los correctores se merecen un sobresaliente.
 
De cualquier forma, Ciudad sin estrellas es una novela de fácil y rápida lectura con una trama bien montada, que sabe gestionar la intriga y la acción y que mejora a medida que avanza.
 
Gemma Nieto