Ciudad negra

Opinión:

Después de leer "La última cripta", Fernando Gamboa me había dejado con ganas de más aventuras por parte de Ulises Vidal y sus amigos. Por fin he podido disfrutar de esta segunda aventura, que no le va a la zaga a la primigenia y que se puede leer de forma totalmente independiente.

En su afán por encontrar algún rastro que les lleve a averiguar donde se encuentra Valeria, o al menos si sigue con vida, nuestros protagonistas se encontrarán con la "Ciudad negra", una ciudad mítica, situada entre la frontera de Brasil y Bolivia. Una ciudad que, en su momento, ya fue buscada por los colonizadores españoles y los soldados nazis.

Fernando Gamboa nos adentra en los misterios de esta ciudad surgida de las más recónditas leyendas, basadas en el hecho de los miles de personas perdidas en la selva amazónica y de las que no se ha vuelto a saber. Una leyenda que aún hoy sigue vigente y en la que muchos creen. Una leyenda que nos habla de una antigua civilización que ha perdurado a lo largo de los siglos y de la que aún no se tiene conocimiento, por estar ubicada en un lugar inacesible.

El autor se vale precisamente de esta leyenda y la inmensidad de la jungla del Amazonas para hacernos vivir una aventura trepidante, frenética y que no da descanso desde el mismo monento en que nuestros protagonistas ponen el pie en Brasil.

Fernando Gamboa hace bastantes guiños a ciertos clichés y arquetipos propios de películas y libros sobre este género. Es más en alguna ocasión incluso parece recordarnos alguna escena de alguna película en concreto. Sin duda ese es el efecto buscado por el autor.

Además de las aventuras que viven nuestros protagonistas, lo que más llama la atención de la novela es la ingente descripción de la Amazonia. El autor nos guía por la selva con tal realismo que es como si estuviesemos allí, llegando el lector a sentir los sobresaltos como propios. ¿Qué se puede decir de una pluma que es capaz de atrapar de semejante manera?

Una vez entrados en materia, el ritmo y la acción no cesan en ningún momento, manteniendo la tensión página a página. Un lenguaje sencillo, asequible, con un vocabulario que demuestra gran conocimiento de la materia que trata hacen que la lectura sea ágil y amena.

Que más se puede pedir, una novela de aventuras de la que el mímismo Vázquez Figueroa llegó a decir que le hubiese gustado escribir. Una novela de acción, con pequeños gags cómicos y su pequeña dosis de romance. ¿Os atrevéis a viajar con Ulises y sus leyendas?

Sólo resta pedir que Fernando Gamboa no deje morir a estos personajes a quien espero volver a leer en próximas aventuras.

Mila L. Castelo