Cinco esquinas

Opinión:

La trama de la novela se centra en un primer momento en el ingeniero Enrique Cárdenas, un importante hombre de negocios peruano que un buen día recibe a Rolando Garro, periodista y director de una revista que se dedica a airear los asuntos más sucios de la farándula, este le entrega en una sobre una serie de fotos que pueden comprometer la vida pública del ingeniero, sin pedir nada a cambio, de momento. A partir de aquí los acontecimientos se van precipitando de manera acelerada y envolviendo a los personajes en situaciones que puede hacer que sus vidas peligren.

Situando la acción en el Perú de finales de los noventa, se podría decir que el tema central de "Cinco Esquinas" es la prensa amarillista, sedienta de escándalo y carente de escrúpulos, y el uso que hizo de esta el gobierno de Fujimori para acabar con sus opositores. Como en otras novelas de Llosa, en esta la historia se mezcla con la ficción y mientras que el presidente  Fujimori es sólo mencionado, su mano derecha, Vladimiro Lenin Motesinos, quien en la novela aparece siempre designado como el Doctor, sí aparece como tal en la trama de la novela, y es precisamente en la mala fama de este y en algunos de sus casos de corrupción en los que se fundamenta la trama de la novela. Sin embargo Llosa no se queda en una mirada frívola vendiendo al periodista como un ser desalmado dispuesto a todo, sino que presenta la cara y la cruz del periodismo de investigación, no sólo como un arma de destrucción sino también una vía para sacar verdades incómodas a la luz y, en palabras del propio autor, «como instrumento de liberación».

La novela centra cada capítulo en uno de los personajes, con hasta seis puntos de vista diferentes que hablan, no sólo de una parte de las historias, sino de situaciones y lugares muy diferentes, desde el conflictivo y peligroso Cinco Esquinas, hasta el lujoso apartamento de Miami en el que Marisa y Chabela pasarán algún que otro fin de semana. Todos estos personajes se presentan al lector bien definidos, con un pasado y unas motivaciones que hacen de cada uno un mundo diferente, algo difícil de conseguir si tenemos en cuenta que son poco más de trescientas páginas, pero destacan todavía más las relaciones que se van tejiendo entre estos personajes y cómo van evolucionando. Aunque no hay un protagonista como tal, destaca la figura de la Retaquita, una figura femenina muy fuerte que prácticamente lleva la trama a cuestas y que, si bien en un primer momento parece bien situada en un lado de este entramado, no dejará de sorprender al lector. 

También es interesante hablar de la gran dimensión erótica de la novela, muy presente de principio a fin, si bien se aleja siempre de la vulgaridad, utilizando una prosa muy fina, abundan las escenas de sexo explícito, que, en algunas ocasiones, pueden alejarse de la trama principal, sirviendo, tal vez, como desconexión de la tensión de la trama principal.

El estilo de Llosa es delicado, explora en algunos casos nuevas formas de narración, como en el capítulo XX en el que decide, como un «remolino», mezclar sin indicación ni separación distintas escenas y personajes, lo que puede resultar algo confuso al principio, pero que acaba por sumergir al lector en el caos en que viven los personajes. Es también un estilo escueto en descripciones, dejando casi todo el peso a los diálogos entre los personajes, es, en definitiva, una novela de lectura ágil y adictiva que seduce al lector desde la primera página.

Antonio Sanz Egea