Cecilia Málaga

Opinión:

"Cecilia Málaga" es un libro de altura, 35,10 cm., casi como haciendo un guiño a esa distancia que cada día hace Cecilia Málaga sobre el cable, muy lejos del suelo, muy cerca del cielo.

En realidad, "Cecilia Málaga" es más de lo que puede parecer a primera vista, y yo no sé si es justo resumir a su público a un espectro infantil* porque, honestamente, la historia es mucho más importante de lo que puedas suponer, la intención todavía lo es más, y el trabajo de ilustración es magnífico. No, es MAGNÍFICO, en mayúsculas.

* La editorial lo tiene en su apartado para lectores de diez a doce años. Ya os digo yo que este libro no tiene edad. Si acaso de diez en adelante.

Cuenta la historia de una estrella del circo ciega, y la dibuja -con colores pero también con letras- como un ser etéreo, con la elegancia del cisne y el magnetismo del imán. Pero Cecilia Málaga no tuvo siempre ese nombre, de hecho tenía un pasado que no recordaba porque cuando llegó al circo era adolescente, no veía y traía muy mal aspecto.

Benjamin Lacombe nos lleva a su pasado a partir de una caída de la artista, una caída mientras trabaja, y es en ese momento, con el golpe, cuando su memoria y su vista empiezan a dibujar colores y rostros, y con ellos vuelve su pasado con todos los recuerdos y emociones que conllevan.

El autor francés cuenta la historia con pequeños párrafos centrados en las páginas, apenas unas líneas, para finalizar con una historia muy personal: la suya y su experiencia con la ceguera. Cuando lees lo que le pasó te quedas alucinando, porque en su caso fue una ceguera transitoria (de ahí que haya podido seguir dibujando) pero nos habla justamente de uno de los miedos más generalizados en el ser humano. Al menos yo lo comparto, ese miedo lo tengo desde niña (quizás porque ya era muy lectora y además quería ser pintora, entre otras cosas).

Basándose en su experiencia creó la figura de Cecilia Málaga, y teniendo en cuenta que habla de un sentido muy importante, el de la vista, hace juegos visuales durante el álbum ilustrado para que podamos percibir distintos detalles. Por ejemplo, hay páginas con un poco de transparencia a pesar de ser negras, otras son aún más claras y puedes ver el dibujo por ambos lados, hay ilustraciones -a las que nos tiene acostumbrados- que llevan sin duda su marca de identidad, maravillosas dicho sea de paso, y luego hay otras con un estilo diferente (como la de la familia, pintada a trazos gordos)… Todo está pensado al milímetro para que nuestra vista capte los detalles y los disfrute, al tiempo que nos reconocemos afortunados de poder observar lo que ven nuestros ojos.

Personalmente os juro que me pondría algunas de esas imágenes enmarcadas como láminas, porque son pura perfección.

Con encuadernación holandesa, es de tapa dura, con lomo de tela y dorados en la portada.

Lo lees en nada porque el texto no es abundante, pero lo puedes visualizar muchas más veces porque en esos dibujos imprime su arte.

Os hablé de este libro (y de otros de la editorial) en este "vídeo" y ahí os mostré imágenes interiores. También podéis verlas en la editorial. 

Por cierto, en ese final en el que Benjamin Lacombe nos cuenta su historia, hay sincronicidades. No dejéis de leerlo.

Es un álbum MARAVILLOSO, fabuloso, impresionante, sobresaliente, magnífico, imprescindible en la obra de Lacombe, una joya de altura… Una indiscutible matrícula de honor.

Anika Lillo