Cada día es del ladrón

Opinión:

A veces se hace difícil pensar que hay vida más allá de nuestras fronteras. Y, sin embargo, aunque el tema (África) daría para hacer esa clásica reflexión existencial, el autor no cae en tópicos en ningún momento. Y eso se agradece mucho.

Se trata, me atrevería a decir, de una lectura fácil en cuanto a estilo, pero difícil en cuanto al tema. Cole, con una prosa ágil y descriptiva, introduce al lector en un ambiente a priori desconocido; libre y opresivo al mismo tiempo. Para ello, eso sí, utiliza la voz y los ojos de un joven médico que experimenta esa agridulce sensación de volver a casa.

"Cada día es del ladrón" es una novela escrita con una maravillosa técnica literaria. Cada capítulo, corto y fluido, parece una fotografía o una breve escena cinematográfica de la África más humana. Así, con la suma de todos esos retazos, se constituye un curioso viaje. Y es que, al reflexionarlo, uno se da cuenta de que todos los viajes están hechos no de días, sino de pequeños momentos, detalles y encuentros que de alguna manera son los que crean la intensidad emocional.

Además, una de las características más sagaces de esta prosa es el uso del tiempo. El joven narrador, sin detenerse a contar su vida, va dejando escapar detalles de su pasado a partir de lo que vive en Lagos. De esta manera, habla de su madre, de su padre, de su infancia, de su éxodo… y acaba siendo el lector quien reconstruye toda la historia en su cabeza, al mismo tiempo que vive el viaje por Lagos.

Aun así, me atrevería a decir que lo mejor de esta obra es su capacidad para mostrar e insinuar la realidad, sin llegar a verbalizarla. Teju Cole es capaz de transmitir nostalgia, melancolía, cariño, decepción y una retahíla de emociones sin llegar a nombrarlas. Lo consigue él solo, con el retrato que crea del mundo, donde siempre dedica un gran espacio a los vicios y los defectos de la gente y a su cultura.

Es, sin duda, un gran trabajo de realismo social y antropológico. Un libro que recomendaría a todos aquellos que quieran acercarse a una visión moderna de África, muy diferente de lo que tenemos visto en las películas que tratan esa temática. 

Darío Luque