Breve historia de la química

Opinión:

Como no podía ser de otra forma tratándose de Isaac Asimov, tenemos ante nosotros un ensayo histórico-científico que resume de una manera bastante breve la historia de la química, para lo que sigue un estricto orden cronológico y dedica cada uno de los capítulos en que se divide la obra a un descubrimiento o una de esas grandes preguntas de díficil respuesta relacionadas con una época determinada de la química.

Así, a lo largo de los distintos capítulos el lector irá descubriendo distintos pasajes relevantes en la historia de la química como el nacimiento de la alquimia, la concepción del átomo, la transformación de la materia. También nos mostrará como la alquimia deja de ser una ciencia mística y esóterica, como fue considerada por muchos en su momento, para reducirse al conocido método de la observación.

Veremos como, poco a poco, los investigadores se ponen de acuerdo en la forma de identificar y tratar el tema de los gases, como se centran en el estudio de las moléculas que componen los cuerpos en los estados en los que se encuentran en la naturaleza: sólido, líquido y gaseoso.

Descubriremos cómo se llamaban antiguamente los compuestos y el porqué de estos nombres, explicaciones que tienen su base tanto en la alquimia como en la astrología.

Asimov nos permite vislumbrar que el proceso químico es una constante en la naturaleza y que el hombre se ha encargado de estudiar los procesos de descomposición y las distintas reacciones entre los distintos elementos que componen la naturaleza para tratar de entenderla.

Para elaborar este ensayo se hacen referencias a químicos conocidos y otros cuyo nombre seguro que muchos de los que nos acercamos al libro será la primera vez que los escuchemos.

Lo mejor, como es habitual en Asimov, son las anécdotas y curiosidades que nos vamos encontrando, entre las que no podían faltar la búsqueda del método para transformar los metales en oro, una búsqueda en la que estuvieron implicados algunos de los químicos de más reconocido prestigio, lo que seguro asombrará a más de uno.

Es un ensayo breve, conciso, muy claro y ameno, algo muy importante para tratar de acercar a la mayoría de los lectores al mundo de la química. El lenguaje empleado es sencillo, lo cual es de agradecer, y al incluir anécdotas y otros datos más o menos interesantes relacionados con el tema hace que su lectura no resulte complicada para el gran público. Por lo tanto, es un libro que, aunque posiblemente muchos lectores descartarán por su contenido y por creer una lectura farragosa, sin embargo es todo lo contrario, entretenida y que, gracias a la forma de contarlo, el lector adquirirá un mayor conocimiento sobre el tema.

Lo peor es que el libro, al ser de 1965, no incorpora los descubrimientos más recientes en el mundo de la química.

Mila L. Castelo