Beautiful women. Pin-ups & Bombshells inolvidables

Opinión:

Cuando era adolescente tenía en las paredes de mi habitación posters como casi todos. Uno de ellos era de Marilyn Monroe, que me parecía sexy y adorable también. La veía guapísima. Además me gustaba lo bien que hacía de tonta y sexy en sus papeles de cine, y hasta tengo todavía una cinta de cassette de Marilyn cantando. También hacía algo muy a menudo: cuando llamaba a un timbre y me preguntaban quién era decía "Rita Hayworth". No hablaba de cómo me veía yo, simplemente siempre he disfrutado viendo la belleza, la masculina y la femenina. Soy perfectamente consciente de que la mejor belleza es la interior -esa aplasta a la física por goleada- pero no quita que la belleza, en general, sea algo agradable a la vista.

Por esto que he contado he disfrutado tanto libro "Beautiful women. Pin-ups & Bombshells inolvidables". Es, sobre todo y ante todo, visual. Visualmente atractivo, magnético, interesante, subyugante, maravilloso… Hasta os diría que digno de mantener como una colección a cuidar porque es -insisto- fotográfico. El texto no cuenta tanto, aunque se agradezca.

Os decía que texto hay poco. Cuando lo hay o bien está dedicado a una mujer en particular -por su importancia- o a un grupo -para generalizar y englobar a varias-. Entre las destacadas están las italianas Sophia Loren y Gina Lollobrigida (destacar una foto de la primera con las axilas sin depilar. Más libre, imposible), Rita Hayworth (qué guapa, por dios), Jayne Mansfield, que surgió tras el boom de Marilyn Monroe (naturalmente ella también tiene su capítulo, bellísima), Ava Gardner, Jean Harlow, Kim Novak, Anita Eckberg, Raquel Welch, Brigitte Bardot, Ursula Andress, Jane Fonda… De todas, posiblemente Bettie Page sea la más transgresora (fotográficamente hablando) incluso en esa época de destape o desnudo completo. O al menos tenía más gracia que otras (para mí Tempest Storm tenía cero gracia). Las hubo más elegantes y más chabacanas, más sencillas y más exuberantes, más felinas y más inocentes, más sensuales o más puritanas…

En los capítulos grupales con fotografías de varias mujeres están las latinas, las del cine mudo, bellezas de la MGM, las reinas de la comedia, las del musical, las rubias de Hitchcock, las chicas Bond, pelirrojas… y unos cuantos grupos más.

Algunos grupos de fotografías son muy curiosos porque son bellezas "disfrazadas" o con ambientación de alguna fiesta popular estadounidense, como Halloween, el día de Acción de Gracias (con el pavo) o el 4 de julio.

También os digo que el mismo libro con hombres (ese Marlon Brando en camiseta, James Dean con cara de pillo (de él también tenía póster), o el guapo a rabiar de Rock Hudson entre otros, me gustaría igualmente.

Hoy, que hasta los piropos están mal vistos (entiendo que los invasivos) y que las alusiones a la belleza parecen transgresoras, este libro es casi lo que acabo de decir, transgresor, porque si traduces "Bombsells" (que forma parte del subtítulo) como "bombas" (entiendo que sexuales) habrá quien se eche las manos a la cabeza, pero la que aquí escribe es feminista y cree que cada mujer es lo suficientemente libre y apta como para ELEGIR lo que quiere ser, mostrar o hacer. Eso de que otras mujeres te digan qué debes hacer, ser o decir no me parece nada feminista, así que vaya por delante para hablar de este libro hay que estar libre de prejuicios. Además, no lo olvidemos, esto forma parte de una época. No nos gustan las niñas esqueléticas que pasean por los desfiles de moda ¿verdad? Pero ahí sigue y viene de lejos, algún día dirán que formó parte de una época. Hay que poner en perspectiva todo lo que se lee y se ve para entenderlo.

La belleza, no obstante, es valorada según los ojos de quienes la miran. Recordemos a las mujeres de Rubens. A mí no me parecen guapas todas las que aparecen en el libro -es más, no las conozco a todas-, pero las que veo guapas las veo radiantes, brillantes, y algunas tienen luz propia. Además son mujeres con curvas, no son esqueléticas ni obesas, eran mujeres que mantenían un cuerpo saludable. Y no eran Lolitas, eran mujeres hechas y derechas.

Son chicas pin-up (también hubo hombres), o sea chicas guapas cuyas fotografías colgabas, por ejemplo, en una pared. Nada negativo. Belleza y nada más. Tan sencillo y, en ocasiones, tan artístico, porque no son fotos de la calle, si no poses para la cámara.

Este libro, para la mirada que aprecia la belleza, es todo un lujo. Están impresas en páginas satinadas, las hay en color y en blanco y negro, y aparte de posados para la cámara, hay también carteles o portadas.

Anika Lillo