bajo la mirada de occidente
Título: bajo la mirada de occidente
Título Original: (under western eyes, 1911)
Autor: Joseph Conrad
Editorial:
Debolsillo
Copyright: © Random House Mondadori, 2011
Traducción de Catalina Martínez Muñoz
Prólogo de Óscar Esquivias
1ª Edición, Junio 2011
ISBN: 9788499088778
Etiquetas:
autores
escritores
historia de rusia
ingleses
literatura inglesa
realismo
revolución rusa
Argumento:
Razumov es un joven estudiante de filosofía en el San Petersburgo de principios del siglo XX. Un mañana, al regresar de la facultad, se encuentra escondido en su cuarto a Victor Haldin, un compañero de la universidad que acaba de cometer un atentado revolucionario en el que muere un represor y despiadado ministro del gobierno zarista. Haldin solicita la ayuda de Razumov pero cuando éste se echa a las calles para conseguirle una forma de escapar sufre una crisis y acaba delatándolo a la policía.
A partir de este momento el futuro se trastoca de forma irremediable para Razumov, que será enviado a Ginebra por el gobierno ruso para infiltrarse en la organización revolucionaria a la que pertenecía el traicionado Haldin. Allí es recibido como un héroe por el círculo de exiliados rusos que creen que Razumov participó en el atentado.
También conoce a Natalia, la hermana menor de Haldin, que busca a toda costa esclarecer las causas de la detención y ejecución de su hermano. Se inicia así una lucha en el joven estudiante para convivir con la culpa de su traición, una lucha que tendrá desastrosas consecuencias.
Opinión:
Del catálogo de emociones que nos es dado experimentar a lo largo de nuestra vida, el remordimiento nos araña con su ferocidad implacable, con su fuego que lacera, corroe y extermina al espíritu donde se aloja. En Bajo la mirada de occidente, Joseph Conrad cifra con inigualable tiento narrativo la nomenclatura de este sentimiento. Su protagonista, el cerebral y taciturno Razumov (un joven solitario, sin familia, cuyo única satisfacción reside en el mundo de las ideas y la reflexión intelectual), se interna de golpe, por obra y gracia de la traición, en los oscuros recintos del desasosiego, la culpa y la paranoia.
El tema central y la ambientación no son nuevos: Razumov es el heredero directo del Raskolnikov de Dostoievski, otro joven estudiante consumido por las consecuencias de sus acciones. Tanto Crimen y castigo como la obra de Conradson novelas psicológicas, donde el drama se desarrolla en la conciencia de los personajes y donde la realidad rusa, con su corrupción, su violencia, su espiritualidad y sus tensiones ideológicas, impregna cada recoveco de la existencia humana. Tampoco faltan entre el catálogo de personajes de ambas obras, los sagaces inspectores de policía, los aristócratas, los fogosos revolucionarios, las madres sufridoras y otros ejemplos de feminidad abnegada. En cuanto a los subtemas también es obvio que Conrad bebe de la tradición rusa. Aparte del remordimiento brutal y la traición, el autor del Corazón de las tinieblas nos habla de violencia y terrorismo, de corrupción moral y política, de la revolución, y del irresoluble dilema de las sociedades autocráticas en crisis: la elección entre un orden represor o una anarquía salvaje.
¿Qué es entonces lo que hace única a Bajo la mirada de occidente y la vuelve una novela indispensable?
Se ha dicho sobre esta obra de Conrad que es una novela rusa. Me gustaría discrepar. Es cierto que el 99% de los personajes y el contexto social vienen de la tierra del Volga y los Urales. Sin embargo ese 1% restante es decisivo. El narrador de Bajo la mirada de occidente (el único personaje no ruso) es un profesor de idiomas británico ya entrado en años que reside en Ginebra y que es amigo de Natalia, la hermana de Haldin. Desconocemos su nombre pero su voz nos acompaña desde la primera página y adquiere una cercanía reconfortante a medida que vierte sus inteligentes opiniones sobre los acontecimientos y nos regala con deliciosas digresiones sobre la naturaleza del lenguaje, o las diferencias entre hombres y mujeres. La mirada del título alude precisamente a la de este profesor, testigo privilegiado del drama y exégeta del diario en el que Razumov plasma su desasosiego interno. Él es el agudo intérprete del carácter ruso, el traductor de las pasiones humanas y el puente que vincula a los personajes con el lector. Porque esa mirada occidental del título es también, en última instancia, la mirada de los lectores, lectores que para Conrad eran decididamente ingleses o, en todo caso, europeos de la parte central y atlántica del continente. La novela, por lo tanto, no está contada desde la perspectiva de Razumov sino desde la de un inglés; en esto estriba a mi ver el hecho diferencial que hace de esta obra una novela distinta a las rusas.
En cualquier caso, lo que sí es indiscutible es que Conrad escribía con la precisión y el talento de los maestros eslavos. La intriga está hábilmente desarrollada a través de diálogos extensos e intensos, eficaces y hermosamente escritos. El cambio de perspectivas que permiten el diario de Razumov y las escenas que observa presencialmente el profesor de idiomas dotan de originalidad y frescura a la forma en que el material candente de la historia está ordenado. La crítica contra la corrupción moral no es simplista, sino que afecta tanto a los revolucionarios como a sus represores. Finalmente, Conrad no cierra la historia con el broche fácil de la moraleja. Existe un sacrificio terrible y excepcional, sí, pero más que un acto de expiación ritual parece un destino inevitable, el resultado de la concatenación de sucesos y no del libre albedrío de los personajes. Al final de la novela las cuestiones morales planteadas flotan suspendidas en el éter de la conciencia con la característica ambigüedad que dominará gran parte de la literatura del siglo XX.
Héctor Pascual
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