así habló zaratustra

Opinión:

Esta obra universal, básica para quienes deseen conocer las más relevantes cimas del pensamiento humano, contiene ideas reveladoras que sorprenderán a quienes desconozcan la filosofía de Nietzsche. Temas como la vida eterna, la muerte, el Estado, las búsquedas del hombre, los políticos, la amistad, la soledad, la justicia y tantos otros, constituyen todo un ideario, para muchos revolucionario si tenemos en cuenta la época en que la obra vio la luz, a finales del siglo XIX.

Así habló Zaratustra  es toda una declaración de principios, una doctrina que ha dejado huella en la historia del pensamiento, como no podía ser de otro modo.

Según la concepción del autor, Zaratustra sería un mesías, su mesías particular, que sigue caminos similares a Jesucristo, como tantos profetas, aunque con un discurso radicalmente distinto.

En Zaratustra personifica el autor al superhombre. Partiendo de su consigna «Dios ha muerto», establece el punto de partida de una filosofía contraria al nihilismo cristiano, en la que lo que importa de verdad es la vida terrenal, la única que conocemos y podemos experimentar. Lo demás significa sacrificar nuestra realidad presente y cierta en pos de una trascendencia jamás demostrada, fruto de las religiones. El resultado de ese proceso es ese superhombre por el que aboga el autor de manera incansable a lo largo de toda su exposición. Este es, para mí, el pensamiento vertebral de esta obra y de la filosofía de Nietzsche, una idea alrededor de la cual gira toda su concepción del mundo y del ser humano.

La constante aparición de símbolos envueltos en tono poético facilita al autor la transmisión de su pensamiento sin abandonar en ningún momento un indefinible estilo literario. Y a propósito del estilo, el propio Nietzsche lo calificó como «algo nuevo para lo que aún no existe un nombre». Ciertamente es difícil encontrar un género en que encuadrar esta especie de ensayo de ficción poética. En efecto, encontramos aquí trazas de novela, de ensayo y, por supuesto, de poesía, que impregna toda la obra elevándola literariamente muy por encima de lo que sería una mera exposición de ideas y razones. No en vano, Nietzsche era, además de un filólogo y filósofo, un gran narrador y poeta.

Personalmente, la manera de encarar la disposición de los personajes y los diálogos me transporta al modo de hacer de los clásicos griegos. Así, todo aparece como envuelto en una bruma invisible de grandeza, acercando los personajes más a la condición espiritual que a la humana.

Creo que se trata de una obra fundamental. Leer Así habló Zaratustra es tener acceso a ideas tal vez revolucionarias, maravillosamente expuestas, pero también necesarias, hoy más aún que cuando Friedrich Nietzsche las dejó escritas. 
  
  
José Antonio Carbonell Pla